Jaime Carvajal está cada vez más cerca de ser el próximo presidente de Prisa en sustitución de Juan Luis Cebrián. El comité de nombramientos y retribuciones reunido este viernes dio el visto bueno a su nombramiento y el objetivo es trabajar para cerrar su fichaje en las próximas semanas. De hecho, algunas fuentes indican que la idea es abordar el tema en la próxima Junta Extraordinaria de Accionistas del 15 de noviembre.
Como quedó reflejado en esta reunión -y como adelantó EL ESPAÑOL- hay unanimidad en la mayoría de los dueños del capital de Prisa, así como de los acreedores y del propio Cebrián. Otras fuentes del consejo consultadas por EL ESPAÑOL incluso dan por hecho su nombramiento y que, por tanto, su llegada al primer sillón de Prisa es solo cuestión de tiempo. Todo se está realizando con suma cautela para evitar situaciones traumáticas como la renuncia de última hora del anterior candidato Javier Monzón.
Presidente no ejecutivo
En esta línea, algunas voces dentro del consejo proponían una fórmula intermedia para que Carvajal se incorporase a la compañía de manera paulatina y asumiese otros cargos antes de su desembarco como presidente. Incluso se llegó a plantear la posibilidad de que el directivo asumiese una vicepresidencia para realizar una transición "tranquila" con Cebrián.
No obstante, las fuentes consultadas por este periódico indican que Carvajal no está por la labor de asumir cargos intermedios, ya que su idea es desembarcar en Prisa con la sucesión -y salida- de Cebrián resuelta. En el caso de que finalmente aceptase el cargo, algo que está mucho más cerca de concretarse que hace unas semanas, su objetivo es hacerlo desde el primer minuto ya como presidente no ejecutivo.
Por tanto, para cerrar el cambio de presidente en Prisa se deben resolver dos cuestiones fundamentales. La primera, y la que más preocupa a Carvajal, es la sucesión de Cebrián y el mecanismo que se utilizará para relevarle. Cebrián se ha garantizado en la anterior reunión del consejo de administración un bonus de 1,6 millones de acciones -que se sumaría a su jubilación de siete millones de euros- que está sujeto a que se cierre la ampliación de capital antes de junio de 2018.
Cebrián quiere cobrar su bonus y su pensión
La idea de Cebrián, y así lo ha confirmado la compañía, es marcharse cuando la refinanciación de la compañía esté cerrada y, por tanto, pueda cobrar todas sus retribuciones. Esto además debe ir ligado a un puesto en la dirección editorial de El País, lo que le permitiría seguir controlando la línea editorial del diario que ayudó a fundar.
Las informaciones recopiladas por EL ESPAÑOL indican que la intención de los accionistas de Prisa, liderados por Amber Capital y los Polanco, es conceder a Cebrián estas prebendas, pero bajo la condición de que acelere su salida. Con todo, parece difícil que el presidente ejecutivo abandone su cargo antes de cerrar la ampliación de capital que deberá ser aprobada en próximo 15 de noviembre.
El segundo punto en discordia es la unanimidad de todos los accionistas. El nombramiento de Javier Monzón fue abortado por la férrea oposición de Amber al candidato del Banco Santander y Telefónica. En esta oportunidad Carvajal viene avalado por Amber y los Polanco, pero hasta el momento Telefónica y los bancos no le han dado su apoyo formal.
Carvajal ha exigido unanimidad
Carvajal ha exigido unanimidad en torno a su nombramiento para no tener que empezar su mandato en medio de las guerras internas que se han intensificado en los últimos meses. El candidato quiere dar tiempo a que estos conflictos se resuelvan y, sobre todo, que se cierre la ampliación de capital.
De hecho, la manera en que se complete la ampliación de capital de 450 millones de euros será clave para entender el futuro de la nueva Prisa. El grupo ha comunicado que el 48% del capital se ha comprometido a suscribir la ampliación entre los que se encuentran Amber (19%), los Polanco (17%) y Roberto Alcántara (9,3%). Telefónica y los bancos han manifestado su interés de acudir para mantener el equilibrio interno de la compañía, pero no han confirmado oficialmente estas intenciones.
Si finalmente deciden acudir, que sería lo más lógico, su presencia en el futuro capital debería estar íntimamente ligada con la estabilidad del futuro presidente no ejecutivo Jaime Carvajal, con lo que, en principio, se cerrarían las rencillas de los dos bandos por el control del principal grupo de comunicación del país.
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