Juan Luis Cebrián planteó tres exigencias para abandonar la gestión de Prisa: mantenerse en la presidencia de Ediciones El País, en la del Comité Editorial del grupo y ser el máximo ejecutivo de la Fundación El País, un organismo de nueva creación llamado a controlar la línea editorial del periódico.
Para presionar al consejo de administración, el propio Juan Luis Cebrián se encargó de hacer públicas estas peticiones, concediendo una entrevista en El País la noche en que se cerró su sucesión y anunciando las condiciones de su rendición en la junta extraordinaria de accionistas del 15 de noviembre
No obstante, en la reunión del consejo del 19 de diciembre donde se nombró formalmente a Manuel Polanco como presidente no ejecutivo, solo se aprobaron dos de las demandas de Cebrián: su ratificación como presidente de Ediciones de El País y como primer directivo del Comité Editorial de Prisa.
Oposición de Amber Capital
Respecto de la Fundación, Prisa indicó oficialmente que los accionistas harán una propuesta “que ayude a garantizar la independencia editorial del diario y otros medios de Prisa”. El consejo aprobó en ese mismo encuentro la creación de un grupo de trabajo que se comprometió a entregar un proyecto para constituir la Fundación El País durante este mes de enero.
En la reunión del consejo realizada este martes tampoco se aprobó la Fundación, a pesar del aluvión de cambios anunciados, entre los que se conocieron la puesta en marcha de un nuevo equipo directivo y la refinanciación de la deuda hasta 2022.
En este sentido, las fuentes del consejo consultadas por EL ESPAÑOL indican que Cebrián no tiene asegurada la creación de este organismo. Amber, uno de los tres accionistas mayoritarios de la compañía, ya manifestó en la junta del 15 de noviembre su rechazo frontal a las prebendas que Cebrián exigió para materializar su salida.
Durante su intervención en esta junta extraordinaria, Joseph Oughourlian, representante del fondo, se manifestó contrario a la continuidad de Cebrián como presidente de una Fundación. El directivo se mostró especialmente crítico con la indemnización que cobraría Cebrián tras su salida, un montante que cuantificó en diez millones de euros.
El comienzo de una nueva guerra
Oughourlian trasladó este malestar a la reunión del consejo del 19 de diciembre, donde volvió a recordar que Prisa y El País no necesitan una nueva Fundación, y menos controlada por Cebrián. El consejo, que por primera vez se reunía con sus cinco nuevos miembros (Javier Gómez Navarro, Javier Monzón, Javier de Jaime, Francisco Gil y Sonia Dulá) acordó poner en marcha una comisión y posponer la decisión para enero.
Ha pasado un mes desde entonces y Amber ha movido ficha intentado lograr apoyos para bloquear la propuesta de Juan Luis Cebrián. Fuentes cercanas al máximo órgano de representación de Prisa indican que “la Fundación no saldrá adelante”. No obstante, con el consejo de Prisa nunca hay certezas y menos con su nueva composición, en la que salieron favorecidos el Banco Santander y Telefónica, empresas del Ibex presentes en el capital y, en principio, contrarias a los intereses de Amber.
Lo que sí está claro es que este es solo el comienzo de una serie de batallas que se librarán en el consejo de Prisa a partir de este año. Como ha indicado este periódico, la llegada de Manuel Polanco como nuevo presidente no ha pacificado la compañía. Simplemente se ha producido un paréntesis y una pax romana a la espera de que el consejero delegado Manuel Mirat logre sacar rendimiento a los negocios de Prisa.
Alierta contra Santander... y Telefónica
Lo primero que hay que considerar es que César Alierta no tira la toalla y mantiene su intención de controlar Prisa. El expresidente de Telefónica espera que la ampliación de 450 millones de euros sea la oportunidad que estaba esperando para reforzar su presencia en el capital de la compañía. Formalmente Alierta no posee un paquete accionarial, pero trabaja estrechamente con Amber Capital y con Joseph Oughourlian.
De hecho, las fuentes consultadas indican que Alierta es quien busca limitar definitivamente el poder de Juan Luis Cebrián, bloqueando la creación de la Fundación El País. Paralelamente, busca socios para reforzarse en Prisa. Este diario ya ha informado de su alianza con Henneo (Heraldo, 20 Minutos, La Información), e incluso otras fuentes indican que estaría cortejando inversores del calado del grupo Planeta.
Pero Alierta no lo tendrá fácil. Santander y Telefónica se han hecho fuertes tras la salida de Cebrián. La salida de los consejeros independientes y su sustitución por ejecutivos cercanos a la banca ha reforzado su control de Prisa. Las empresas del Ibex cuentan con el apoyo de estos cinco nuevos consejeros y con el apoyo de los Polanco, ya que Santander activaría un préstamo para que los hijos del fundador del grupo suscriban su parte del capital en la futura ampliación.
Una ampliación que tendrá la llave de la compañía. Según los acuerdos de noviembre entre Santander, Telefónica, Cebrián y Moncloa, estas dos primeras empresas reforzaría su posición en Prisa si es necesario, pero sigue siendo una incógnita el futuro de los paquetes accionariales de Roberto Alcántara (8,9%) y de Abdullah Al Thanis (8,1%). Y es aquí donde Alierta y sus aliados podrían reforzar sus posiciones. La lucha está abierta.