El viernes pasado la portavoz de Gobierno Isabel Celaá anunció el fin de los viernes negros de RTVE, una manifestación semanal en la que los trabajadores de la televisión pública visten de negro en pantalla en protesta por la paralización en la elección de un nuevo presidente de la corporación por consenso entre todos los partidos políticos.
Celaá indicó en la rueda de prensa posterior al consejo de ministras y ministros que el decretazo de Pedro Sánchez para nombrar un presidente provisional en un mes, y a la espera de un presidente oficial para los próximos seis años, era la respuesta que la plantilla de la cadena estaba esperando.
Nada más lejos de la realidad. Horas después, diferentes periodistas de la casa rechazaron estas palabras en sus redes sociales y las asambleas de trabajadores ratificaron mantener los viernes negros hasta que la plantilla lo decidiese, al margen de cualquier partido político.
Los consejos de informativos rechazan el decretazo
Entre los trabajadores se interpretaron estas declaraciones como un nuevo intento de injerencia, un descontento que se ha sumado al rechazo de ciertos sectores con este decretazo que será convalidado en en Congreso con los votos de PSOE, Podemos y los partidos nacionalistas.
Un decretazo que también ha sido rechazado por los consejos de informativos de RTVE, principales impulsores de la renovación en la presidencia de la corporación. El viernes indicaron que un decreto no es "la fórmula deseable" para lograr una dirección independiente y estable y han pedido que se ponga en marcha un concurso público "cuanto antes" para elegir al consejo de administración de la corporación pública.
En un comunicado, los consejos de informativos afirmaron que el decreto ley aprobado por el Gobierno para renovar de manera urgente y temporal la cúpula de RTVE "no satisface las demandas de los profesionales de la información", que reclaman "una dirección independiente y estable".
Concurso público paralizado
Precisamente esta independencia es la que más se cuestiona desde la cadena pública. En un plazo de un mes RTVE tendrá un nuevo consejo de administración y un presidente elegido con mayoría absoluta en el Congreso, donde se ha logrado un pacto entre PSOE, Podemos y los partidos nacionalistas.
La elección por mayoría absoluta es la misma por la que fue elegido el saliente presidente de RTVE José Antonio Sánchez y que criticaban PSOE y Podemos. Una fórmula que garantiza la elección de un candidato con mayoría simple, una mayoría que ya tienen estos dos partidos más las formaciones nacionalistas.
Si se cumplen los plazos del decreto ley este nuevo presidente comenzará su mandato interino como tarde a finales de julio y hasta que se elija al presidente definitivo mediante el concurso público.
Elecciones locales en mayo de 2019
Un proceso que, por su parte, no pinta bien ya que solo ha sido aprobado con los votos de Ciudadanos y el Partido Popular. De hecho, en PSOE y Podemos no descartan impugnar este proceso, por lo que podríamos vivir nuevos retrasos después de ocho meses de parálisis.
En el PSOE consideran que el borrador aprobado da ventajas el PP a la hora de elegir a los expertos que decidirán sobre el candidato, por lo que en el sector se prevé que el proceso se extienda seis meses como poco.
De esta manera, el nuevo presidente interino de RTVE dirigirá la televisión pública al menos durante la mitad del tiempo que falta para las elecciones locales del 26 de mayo de 2019, una situación que es vista con dudas desde los partidos políticos que votarán en contra del recambio exprés de RTVE, como Ciudadanos y PP.
El presidente interino podría optar a ser fijo
Frente a estas sospechas, desde el PSOE insisten que se buscará a una figura del mayor consenso posible y que será un perfil técnico, apolítico y que trabajará por la pluralidad de la televisión pública. Incluso no se descarta proponerle como presidente formal al concurso público cuando éste se decida, como una manera de atraer talento.
Y es que una de las principales trabas para un eventual presidente de RTVE es la transitoriedad de este decreto, que condena al consejo, y a su presidente, a un mandato de entre seis y un año como máximo.
Es la zanahoria que se reserva el PSOE para encontrar la figura idónea y que acepte la responsabilidad -y el desgaste- de ser presidente de RTVE con un concurso público discutiéndose en el parlamento mientras se desarrolla su mandato.
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