“La situación se ha ido tensando en las últimas semanas”, dice una fuente cercana al consejo de administración de Prisa a EL ESPAÑOL, refiriéndose al actual estado de las relaciones entre el presidente no ejecutivo, Javier Monzón, y Amber Capital, el fondo de inversión que es el primer accionista del editor de El País. Quienes conocen de cerca la situación indican que no estamos ante una guerra inminente, pero creen que, si no se reconduce la situación, podríamos estar una disputa que podría complicar el futuro de la compañía.
Hasta ahora había un pacto de concordia entre los accionistas de Prisa tras la convulsa salida de Juan Luis Cebrián hace un año y tras la reconfiguración del capital hace exactamente doce meses. Era la primera vez en más de un lustro que había paz en el consejo, bajo la premisa de dejar trabajar al consejero delegado Manuel Mirat en el plan de relanzamiento del grupo.
Los dos grandes bloques: Santander (con el resto de las participaciones de accionistas afines como los Polanco, Carlos Fernández o Roberto Alcántara) y Amber, que es el dueño del 29% de capital de la compañía de medios, lograron ponerse de acuerdo en lo fundamental y tomaron decisiones tan importantes como apoyar el nombramiento de Javier Monzón como presidente no ejecutivo, en la práctica, el encargado de dirigir el barco y mantener la paz entre los accionistas.
No obstante, todo comenzó a torcerse en enero cuando Monzón empezó a delinear la nueva ampliación de capital, la segunda en menos de dos años. Formalmente la operación se planteó como una forma de conseguir financiación para recomprar activos estratégicos como el 25% que no controlaban de Santillana o el 8% de la Cadena Ser.
Monzón saca adelante la ampliación
Sin embargo, Monzón, apoyado por el Banco Santander -es el presidente no ejecutivo de Openbank, la entidad digital de este banco- nunca escondió que su principal objetivo era “españolizar” el capital de Prisa y “limpiar” a Prisa de todos los fondos extranjeros que Juan Luis Cebrián incorporó sucesivamente al grupo en sus momentos de mayor debilidad.
Una operación rechazada en un primer momento por Amber, ya que en su condición de accionista mayoritario debe ser el que más dinero desembolsa, pero también por un posicionamiento estratégico. El fondo dirigido por Joseph Oughourlian considera que invertir en Prisa -con una acción a 1,60 euros- no es la mejor opción y ha constatado que en el mercado no hay especial interés por el grupo de medios.
Amber también receló de la operación, porque la vio como un movimiento de Monzón para atraer nuevos inversores fieles que hicieran contrapeso a Amber y que en el mediano plazo intentasen discutir la hegemonía al fondo, con un bloque mucho más consolidado articulado en torno al Banco Santander.
No obstante, y pese al rechazo inicial de Amber, Monzón logró sacar adelante la ampliación de capital aunque solo con el apoyo de los actuales socios y muy lejos de los planes iniciales de incorporar nuevos accionistas de grandes empresas españolas. ¿Qué pasó? Todo se truncó cuando Monzón comenzó a mover la ampliación a comienzos de febrero. Tras múltiples reuniones con grandes del Ibex y otras grandes empresas españolas constató que no había ningún interés en Prisa.
42% de la ampliación asegurada
El presidente no ejecutivo incluso jugó la baza del interés estratégico en la compañía, o, dicho de otra manera, de la necesidad política de apoyar a una empresa española, número uno en medios en España y Latinoamérica. Pero no dio resultado. En una segunda etapa intentó conseguir financiación entre los grandes empresarios y millonarios que a título personal pudieran invertir en Prisa, pero la respuesta fue la misma.
Es por ello que tuvieron que conformarse con un apoyo de los actuales accionistas. La ampliación de capital por 200 millones de euros está garantizada por el 42% del capital. Amber irá a la ampliación para no perder peso en la compañía e incluso aumentó un 2% hace una semana, pasando del 27% al 29%. Le acompañarán Khalid bin Thani Al Thani que posee el 6,5% del grupo, Banco Santander con el 4,1% y el empresario mexicano Carlos Fernández con el 4%.
Todo parece indicar que el resto de accionistas como Telefónica con un 9,4%, HSBC que tiene un 10,1% o los herederos de Jesús de Polanco que todavía tienen un 8,4% del capital, irán a la ampliación aunque diluyendo en algunos puntos su participación, con el fin de proteger posiciones y con vista a rentabilizar su inversión en el futuro.
¿Se romperá el equilibrio?
Si esto se cumple, quedarán pequeños excedentes de capital en el aire tras la ampliación. Prisa dice que tiene apalabrado el 100% de la suscripción por lo que se asume que alguno de los que ya han confirmado -Al Thani, Fernández o el Santander- deberían subir sus posiciones. Amber no puede aumentar participación porque si supera el 30% debería lanzar una opa, algo que en el fondo descartan en estos momentos.
De esta manera, la clave en el futuro equilibrio de fuerzas está en conocer cómo evolucionará esta ampliación y si es que entra algún fondo o empresa en el último momento. En cualquier caso, todos los escenarios están diseñados para que Monzón gane peso en el consejo y, según Amber, intente romper el actual equilibrio de fuerzas.
De hecho, en el fondo ya han indicado que, si no se mantiene esta paridad tras la ampliación, es probable que se avecinen curvas. Recordemos que Amber fue el principal precursor de que Juan Luis Cebrián se marchase de la compañía después de tres décadas como gestor con poderes omnímodos... y lo consiguieron después de más de un año de guerra interna.