El grupo Prisa se ha volcado con el gobierno de Pedro Sánchez desde que el PSOE llegó a la Moncloa en julio. Como en los viejos tiempos de Felipe González, el editor de El País y Cadena Ser se ha convertido en el brazo mediático de la izquierda más moderada y en el altavoz informativo de sus propuestas, de sus ministros y de los cambios que quieren implementar en España.
Es por ello que las elecciones del 28-A son claves para el grupo, “las más importantes de los últimos años”, según reflejan a este periódico fuentes conocedoras de la situación. Este domingo Prisa no solo se juega seguir siendo el medio de referencia del gobierno, algo que se le da muy bien; primero con el PSOE de los ochenta y noventa y luego con el PP de Mariano Rajoy. El editor de El País se juega también parte del futuro de su estabilidad financiera.
Las fuentes del mercado consultadas indican que Prisa “se ha mojado demasiado con Sánchez”, ya que el grupo incluso ha utilizado su buena relación con el Gobierno para sacar adelante operaciones tan importantes como la última ampliación de capital. “Prisa es el gobierno del PSOE y si el PSOE no es el gobierno, la confianza de los inversores podría mermar”, dicen estas mismas fuentes.
En una estructura financiera frágil como la de Prisa, que lentamente empieza a recuperarse, la buena relación con el gobierno de turno es clave para compensar algunas debilidades de cara a futuros inversores. En el caso de la ampliación, el presidente no ejecutivo Javier Monzón logró sacar adelante la operación gracias a que convenció a los actuales inversores, pero también pequeños fondos extranjeros que creen en la estabilidad de la compañía ligada en gran medida a su relación con el gobierno.
Operaciones pendientes de resolver
El problema de Prisa es que aún quedan operaciones pendientes por resolver y para ello es muy importante tener al gobierno de su lado. La primera de ellas es la venta de Media Capital, fundamental para aliviar el pago de la deuda. Prisa tiene en el mercado la compañía portuguesa, pero un par de meses después sigue sin llegar a ningún acuerdo.
La segunda gran cuenta pendiente de Prisa es el pago de una amortización parcial de 275 millones de euros, como parte de los compromisos suscritos con la banca acreedora tras su última refinanciación. La no amortización de este importe no es un incumplimiento de los términos y condiciones de la deuda refinanciada, pero en caso de que no se cumpla se aplicaría un margen adicional del 1,5% (0,5% pagadero en efectivo y 1% capitalizable) a la deuda existente.
Prisa refinanció su deuda el verano pasado y cerró diciembre de 2018 con un nivel de endeudamiento bancario neto de 928,6 millones de euros. La relación no es directa, pero sin duda -y como ha pasado en épocas anteriores de la propia Prisa- es mucho más deseable tener un gobierno que te apoye y que, en el peor de los casos, sirva de apoyo para buscar posibles inversores y generar estabilidad en los mercados.
Los problemas para Prisa llegarían en dos escenarios. El más peligroso, pero menos probable, es que Sánchez no logre ser reelegido. Si el líder del PSOE se queda fuera de Moncloa de manera fulminante, significará un gran problema para el grupo. No obstante, todas las encuestas le dan mayoría y las únicas dudas tiene que ver con la posibilidad de poder formar gobierno.
Lazos de Prisa con Pedro Sánchez
El segundo escenario es mucho más probable y tiene que ver con la inestabilidad que podría generar una fragmentación política, que nos lleve a meses de negociaciones y probablemente a segundas elecciones. En este caso, Prisa se vería afectado, no solo por la incertidumbre de un nombramiento de Sánchez, sino que además por la normal reticencia de los inversores y empresas de relacionarse con compañías en un país sin estabilidad política. “Si estamos meses sin gobierno será muy difícil atraer capital”, indican las fuentes consultadas por este diario.
Y es que los lazos son muy fuertes entre Sánchez y Prisa. EL ESPAÑOL reveló que Joseph Oughourlian, dueño de Amber Capital, el fondo activista que es el mayor accionista del grupo Prisa con el 27% del capital, es actualmente uno de los principales apoyos mediáticos de Pedro Sánchez. Desde que el líder del PSOE llegó a Moncloa se han reunido al menos en una decena de ocasiones, donde suelen hablar sobre política y el panorama mediático español.
Después de la salida de Juan Luis Cebrián, que fue uno de los artífices del derribo de Sánchez antes de que volviese a ganar las elecciones en el PSOE, el grupo redefinió sus prioridades y se plegó al Sánchez candidato a comienzos de 2018 para acercarse a sus lectores históricos y recuperar su enfoque ideológico y político.
En el caso de El País, el diario nombró a Soledad Gallego-Díaz en junio del año pasado, semanas antes del asalto de Sánchez a la Moncloa mediante la moción de censura a Mariano Rajoy. Desde entonces, la sintonía entre el diario y el equipo del presidente ha sido total y absoluta.
De esta manera, no es de extrañar el apoyo del grupo al PSOE se haya intensificado en los últimos tres meses, después del anuncio de Sánchez de convocar elecciones para este 28-A, tras el fracaso de sus presupuestos tumbados por el Congreso. Prisa es probablemente el grupo de medios de comunicación que más se juega en las elecciones del domingo, unos comicios que los principales directivos y accionistas de la compañía seguirán en línea directa con Moncloa.