Doce del mediodía del martes 24 de abril. La junta anual de accionistas de Vocento 2019 está a punto de empezar y Fernando de Yarza, dueño del grupo Henneo (Heraldo, La Información y 20 Minutos), accionista del editor de ABC y miembro del consejo de administración del grupo, es el único consejero sentado, esperando en solitario el comienzo de la cita anual. Una hora después se marcharía al concluir la junta sin apenas cruzar palabra con ningún directivo de Vocento ni con sus consejeros.
La soledad de Fernando de Yarza no es casual. Su relación con algunos miembros del staff de Vocento y en especial con el consejero delegado, Luis Enríquez, no es buena. De hecho, una semana antes de la junta, la última reunión del consejo de administración volvió a ser un polvorín. El presidente de Henneo volvió a recordar a Enríquez la oportunidad perdida de comprar el grupo Zeta, que en plena Semana Santa confirmó su venta al grupo Prensa Ibérica.
Este consejo de administración no fue el más bronco de los últimos meses, pero es que el listón está demasiado alto. En noviembre del año pasado, el CEO Luis Enríquez salvó la enésima bola de partido y logró mantener la unidad en el consejo esquivando la solicitud de dimisión que puso en varias ocasiones sobre la mesa el presidente Santiago Bergareche. Al no encontrar apoyos, Bergareche renunció y dio paso a Ignacio Ybarra, más conciliador y con unas familias aparentemente pacificadas.
Pero las cosas no mejoraron. A la histórica división de las familias vascas se ha sumado Fernando de Yarza, que tomó el testigo con unas críticas a la gestión de Enríquez que han ido in crescendo. Sus demandas comenzaron a mediados del año pasado y tienen que ver con dos cosas fundamentales: la primera es que, a su juicio, el plan de negocios de la compañía ha sido modificado en varias ocasiones por Enríquez en los últimos años, lo que ha generado inestabilidad en la compañía.
Las críticas a Luis Enríquez
Respecto a la situación financiera, el propio Enríquez respondió en la junta de la semana pasada que Vocento registró en 2011 un ebitda negativo de siete millones de euros, mientras que en 2018 se transformó en un ebitda positivo de siete millones de euros. Sobre la evolución financiera del grupo, el consejero delegado dijo que se han generado más de 27 millones de euros de caja ordinaria y un beneficio neto de 10,9 millones en 2018, frente a las pérdidas de 4,7 millones del año anterior.
Mientras, la segunda crítica, y que ha utilizado en las últimas semanas, es la pasividad de Vocento en las consolidaciones del sector. De Yarza, y otros consejeros descontentos, indican que la operación del grupo Zeta ha sido una oportunidad perdida y que se podría haber hecho más por intentar abordar su adquisición.
Dentro del grupo de críticos se considera que no comprar el editor de El Periódico fue una oportunidad perdida ya que, consideran, el encaje de Zeta y Vocento podría haber generado crecimiento orgánico en regiones donde el grupo de origen vasco no tiene presencia. En este punto, la crítica es directa para Enríquez ya que le culpa de haber paralizado la operación.
Frente a ello, otras fuentes de Vocento indican a este periódico que la negativa a comprar el grupo fue una decisión tomada por unanimidad en el propio consejo de administración y que la decisión tuvo que ver con motivos estrictamente económicos: dicen que comprar Zeta era comprar una empresa con muchas cargas fiscales y con un lastre económico que no encajaba en los números de Vocento.
Las razones de Fernando de Yarza
No obstante, las razones de Fernando de Yarza van mucho más allá de un desencuentro por no comprar Zeta o por el plan de negocio. Diversas fuentes consultadas por EL ESPAÑOL confirman a este periódico que el presidente de Henneo tiene como principal objetivo influir en la gestión de Vocento y para ello Luis Enríquez es una piedra de tope.
Estas mismas fuentes confirman a este periódico que cuando De Yarza volvió al consejo de Vocento en 2016 algunos miembros le prometieron que participaría de las decisiones más relevantes del grupo, algo que, indican no se ha cumplido. "En todos estos años, Fernando no ha participado de ninguna decisión dentro de la compañía y la gestión de la operación de Zeta fue la gota que colmó el vaso”, indica a este diario una fuente familiarizada con estos movimientos.
Este diagnóstico también tiene que ver con la fuerte inversión que ha hecho Henneo y De Yarza en Vocento. Las fuentes consultadas indican que se han invertido unos 40 millones de euros, un montante que se ha reducido en al menos un 95% considerando la caída de Vocento en bolsa. En momento de vacas flacas para el sector, una pérdida de valor de este calado perjudica a cualquier compañía.
Con este peligroso cóctel, De Yarza tiene como objetivo conseguir el control que le prometieron hace tres años, una tarea nada fácil y que pasa necesariamente por movimientos en el consejo y una salida de Luis Enríquez. Las fuentes consultadas indican que en estos momentos su principal objetivo es aglutinar en torno a su causa al mayor número de rebeldes, reactivar a Santiago Bergareche y tener más armas para plantar cara. Y que luego lanzará el asalto definitivo.
Para ello ya tiene parte del camino recorrido porque en buena parte del consejo siguen existiendo dudas en la gestión de Enríquez. La diferencia con la guerra de noviembre es que el presidente de Henneo ya no está del lado de Enríquez y su equipo de gestión, por lo que esta vez sí que podría decantar la balanza del lado de los rebeldes. Está claro es que De Yarza quiere llegar hasta el final y que su asalto solo es cuestión de tiempo. Nuevos tambores de guerra para Vocento y para Enríquez.
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