Pepa Fernández es una ‘rara avis’ en el mundo de la radio en España. La directora y presentadora de No es un día cualquiera en Radio Nacional cumple este fin de semana 20 años en antena. La meta que se había fijado cuando hizo balance después de 15 años al frente del mismo programa. Como ella misma ha dicho en varias entrevistas parafraseando a Julio César Iglesias, “un programa no dura porque es bueno, es bueno porque dura”.
Existen pocos precedentes en la radio moderna de un programa que lleve 20 años en antena con el mismo presentador. Mucho menos en la radio pública, en donde los cambios de gobierno suelen llevar aparejados cambios de director y de programación. Pero Pepa Fernández ha sido capaz de mantenerse a flote con todos ellos, pese a que en estas dos décadas la radio pública ha cambiado por completo.
Las voces ‘de la pública’ se han renovado en todas sus franjas: mañanas, tardes y noches. Han aparecido y desaparecido programas, pero el No es un día cualquiera de Pepa Fernández permanecía inalterable. Fiel a su cita con los “escuchantes”, como le gusta llamar a quienes están al otro lado de la radio, porque “oír es un acto involuntario; escuchar implica prestar atención”, insiste cada vez que tiene ocasión.
El lenguaje es una de las grandes obsesiones de la presentadora. Prueba de ello es que no es raro encontrarla corrigiendo a sus colaboradores en antena, incluso hay una sección destinada a aclarar algunas dudas sobre el significado de determinadas palabras que pueden resultar más o menos conocidas para los ‘escuchantes’.
El periodista y consultor de radio Gorka Zumeta cree que una de las claves para que Pepa Fernández haya estado 20 años en antena ha sido la fidelidad. La fidelidad a su cita todos los fines de semana “renunciando a su vida privada y a su familia”, pero también la fidelidad con su equipo. Buena parte de sus colaboradores se han mantenido invariables durante estos años: Andrés Aberasturi, José Ramón Pardo, Pedro Subijana, José Antonio Marina o José Luis Garci han acompañado en este tiempo a la periodista.
Precisamente esa “fidelidad” se traslada también a los oyentes, aunque quizá eso mismo es lo que ha hecho que el programa haya ido envejeciendo “peligrosamente” hasta tener una media de edad que está por encima de la media de la cadena, según explica Zumeta.
Otro de los éxitos de Pepa Fernández en estos veinte años es el haber conseguido que en su programa se hable de todo, menos de política, deporte y corazón. El No es un día cualquiera es un programa hecho ‘a la antigua usanza’, que busca el contacto de la radio con su oyente para dejar volar la imaginación.
Las “palabras encadenadas”, que permiten a los 'escuchantes' llamar por teléfono y jugar con el equipo, pero también una sección sobre Economía, otra sobre Latín, Historia, Tecnología, Ciencia, Gastronomía… Todo pasa por las mañanas del fin de semana bajo la atenta batuta de la directora de No es un día cualquiera.
Un programa ‘a la antigua usanza’ hecho por una periodista ‘a la antigua usanza’. Porque quienes conocen a Pepa Fernández saben que le gusta prepararse las entrevistas, al margen de que su equipo pueda darle documentación. Siempre dice que no entiende a aquellos que pueden sentarse a hacer una entrevista sin haber leído el libro de su entrevistado o escuchado su último disco.
Veinte años en antena pesan. Como bien explica Zumeta, al final los grandes comunicadores necesitan, en ocasiones, que alguien les proporcione una salida. Y eso es lo que parece haber hecho Radio Nacional con Pepa Fernández cuando ha cumplido su meta. A partir de la próxima temporada, la periodista presentará el segundo tramo de Las Mañanas de Radio Nacional; todo un reto, ya que supone cambiar de vida y de registro. Ella, insiste, en que quería mantenerse en el fin de semana.
"El caso es que yo no quería moverme, no quería traspasar mi poder a ningún compañero, ni tomar el de nadie", ha dicho en una entrevista a su compañero Alfredo Menéndez.
Un paso al lado que para Zumeta es necesario. Recuerda que ya intentaron hacerlo en 2015, pero la ideologización que había en aquel entonces en la casa obligó a su dirección a dar marcha atrás. Ahora, en cambio, las cosas son radicalmente distintas y con la interinidad en la que vive la radio pública (con Rosa María Mateo al frente) es momento de cambiar y de hacer cosas “atrevidas”.
Desde luego que Pepa Fernández es un valor seguro, dado que su No es un día cualquiera ha tenido en ocasiones más audiencia que el buque insignia de la radio pública: Las Mañanas. Sin embargo, como recuerda Zumeta, “éxitos pasados no garantizan éxitos futuros”. Así que Pepa Fernández tendrá que prepararse para dar el ‘do’ de pecho a partir de septiembre en los micrófonos de la radio pública.
La competencia
No lo va a tener fácil. La locutora tendrá que enfrentarse en el tramo de 10 a 13 horas a Carlos Herrera (COPE), Carlos Alsina (Onda Cero) y Angels Barceló, que también debuta en el matinal de la Cadena Ser. Tendrá una dificultad añadida frente al resto de sus compañeros, y es que la radio pública será la única cadena que mantenga la filosofía de partir en dos tramos el programa más importante de la casa.
Gorka Zumeta cree que es un “reto y un riesgo”, porque para Pepa Fernández supone cambiar el chip y volver a empezar. Ahora habrá que ver si es capaz de arrastrar a los correligionarios que la han seguido estos 20 años en antena durante el fin de semana. ¿Será factible? Es difícil, porque, en contra de lo que se piensa, el ‘efecto arrastre’ en la radio no suele funcionar. Sea como sea, seguro que la periodista seguirá haciendo la radio de todos, la de toda la vida, aquella que busca el contacto con el oyente y provocar en él una reacción.