Javier Monzón tiene muy difícil seguir como presidente no ejecutivo de Prisa tras su imputación en la operación Púnica, que investiga la financiación ilegal del Partido Popular de Madrid. Casi imposible, dicen las fuentes jurídicas consultadas por este diario basándose en el propio código de conducta y el reglamento de los consejeros de la compañía.
De los cuatro supuestos de dimisión, el número dos deja patente que la situación es muy complicada. “Cuando por hechos o conductas imputables al consejero se hubiere ocasionado —o se pudiere ocasionar a juicio del consejo— un daño grave al patrimonio social o a la reputación de la Sociedad o surgiera riesgo de responsabilidad penal para la Sociedad o alguna de las sociedades del Grupo”, se debería formalizar la salida de un consejero.
Sin embargo, en Prisa no siempre se impone lo evidente. La normativa de la compañía es clara y dice que tras una imputación debe realizarse un informe en la Comisión de Nombramientos al respecto y -con este documento- lograr un acuerdo en el seno del consejo para destituirle. Sin acuerdo en el consejo de administración y pese a que el código sugiere su cese, Monzón no abandonará Prisa.
Es por ello que Amber Capital, dueño del 30% de la compañía, está comenzando a mover ficha para asegurarse que en una próxima votación del consejo se imponga la lógica y Monzón sea cesado por la imputación. El representante de Amber, Joseph Oughourlian, no cultiva una buena relación con Monzón, con el que mantiene una tensa calma desde hace más de un año por el control de la compañía.
El consejo de Juan Luis Cebrián
No obstante, las fuentes consultadas indican que el interés de Amber es meramente estratégico y busca que el proceso judicial que deberá enfrentar a partir de ahora Monzón no salpique la reputación de Prisa. Oughourlian vivió en primera línea de fuego la guerra con Juan Luis Cebrián que desprestigió de manera importante al grupo, por lo que ahora no quiere que se vuelvan a repetir situaciones similares con Monzón.
“El Consejo adoptará las decisiones que considere más oportunas en función del interés social”, dice el reglamento. Por ello, la clave está en el número de consejeros que finalmente se decanten por aplicar el código y, en especial, los que se mantengan fieles a Monzón, pese a que el reglamento sugiere que debe ser cesado.
El actual consejo de Prisa es muy diferente al de la época de Juan Luis Cebrián, en el que los fieles al por entonces presidente lograron mantenerle en el cargo durante un año, pese al enfrentamiento con el accionista mayoritario, Amber Capital. Ahora el máximo órgano de decisión de Prisa está salpicado de independientes, lo que hace difícil prever el sentido de su voto en una situación de estas características.
Consejo salpicado de independientes
Monzón como presidente no ejecutivo, Oughourlian como vicepresidente no ejecutivo, el consejero delegado Manuel Mirat y Roberto Alcántara (consejero dominical), Khalid Thani Abdullah Al Thani (dominical), María Teresa Ballester (independiente), Béatrice de Clermont-Tonnerre (independiente), Javier de Jaime (independiente), Dominique D'Hinnin (independiente), Sonia Dulá (independiente), Javier Gómez-Navarro (independiente), Fernando Martínez Albacete (Amber Capital) y Manuel Polanco (dominical) y Xavier Pujol como secretario, conforman el consejo más profesionalizado y menos político de la historia de Prisa.
Con estos nombres, y si existe un informe favorable del consejo, -que estará tutelado Oughourlian como vocal de la Comisión de Nombramientos- la lógica indica que Monzón debería ser cesado. No obstante, los apoyos que Santander, con poco más del 4% del capital, pudiera hacer valer entre los accionistas de la compañía podrían hacer que la balanza se equilibre y que no se logre la mayoría para su cese.
Conociendo las mecánicas de poder en Prisa tras más de tres años en el consejo, Oughourlian quiere asegurarse de que las aguas naveguen por su cauce normal y que no se produzcan sorpresas de cara a una eventual votación. Es por ello que Amber ya ha comenzado a mover sus contactos para asegurarse que el código de conducta se cumpla y que Prisa pueda pasar página lo antes posible.
A pesar de su imputación en Púnica, Indra, por su parte, ha liderado las subidas del Ibex 35 en la sesión de este martes, cerrando a 7,42 euros, lo que supone una subida del 3,27%, en una jornada en la que el selectivo español experimento un descenso. En un comunicado enviado este martes, la compañía se desmarcaba de Monzón e insistía en que la investigación de la presunta trama de financiación irregular del PP es anterior a 2015 y, por tanto, anterior también a la llegada del actual equipo que lidera Fernando Abril-Martorell.