La noticia saltaba de madrugada -casi como si fuera una cruel paradoja del destino- en todos los programas deportivos radiofónicos de los que siempre fue fiel seguidor. José María 'Chema' Candela (Madrid, 1961) fallecía a causa de una parada cardiorespiratoria por un posible caso de contagio de coronavirus.
Inmediatamente el mundo del deporte se volcó con él, una avalancha de mensajes en redes sociales recordándole como una de las personas más queridas del periodismo, no solo radiofónico, no sólo deportivo....
Por unos minutos, Onda Cero, Cope, Ser y su casa, RNE, aparcaron la dura guerra de las audiencias para hacer una pausa y dar a Chema lo que se merecía, el recuerdo de lo que fue: historia viva de a radio deportiva. Y todos coincidieron en el mismo mensaje: se fue demasiado pronto... con solo 59 años.
Criado en Carabanchel
El niño que nació en la calle Reina Victoria de Madrid, y criado en Carabanchel, nunca imaginó que terminaría hablando en la radio de su querido Atlético de Madrid, club del que se hizo socio en 1970, con solo nueve años. Pero quienes le conocieron coinciden en señalar que siempre lo hizo con rigor y sin bufanda.
"Si el Atético juega mal lo digo", indicó en muchas ocasiones. Y lo cumplió durante los 20 años que cubrió la información rojiblanca en Radio Nacional de España (RNE), una rara avis en el periodismo actual donde campa a sus anchas el fanatismo desmesurado y la falta de crítica hacia los colores propios.
Chema era un convencido además de la utilidad de la radio pública y del servicio que pueden prestar los informadores desde las ondas. Llegó a RTVE en 1985 con 24 años y ya no se volvió a marchar. Estuvo 20 meses en el telediario, aunque su pasión siempre fueron las ondas, el lugar donde se convirtió en uno de los míticos redactores de RNEcomo parte del equipo del programa Radiogaceta de los Deportes.
Una persona "humilde"
Pero Chema Candela no era solo un gran periodista deportivo, también era "un ejemplo de profesional", "un hombre de radio" y una persona "humilde", según señala la propia RTVE en la información sobre su fallecimiento.
Y era un loco de la noticia. Se enfadaba pocas veces y sólo cuando se le escapaba una noticia o información exclusiva. Se autoconsideraba "un bohemio" y estaba "enamorado de la calle", indica la cadena pública. Eran quienes mejor le conocían.
Todos sus compañeros le recuerdan con una persona con gran corazón y alguien que siempre ayudaba a sus compañeros. Ahora todos sienten profundamente su marcha. Un buen termómetro de la huella que dejó en la profesión.