Pedro Sánchez se ha convertido durante el estado de alarma en el gobernante en democracia que más españoles han visto en sus pantallas de televisión y que más mensajes institucionales ha acumulado en menor espacio de tiempo.
Desde que el presidente de Gobierno anunció el comienzo de las medidas excepcionales para combatir el coronavirus se han sucedido ocho comparecencias -un fin de semana realizó una el sábado y otra el domingo- con un acumulado cercano a los 87 millones de espectadores de audiencia.
El sueño de cualquier estrella del pop, anunciante o directivo de televisión. Ocho intervenciones con cobertura de Telecinco, Antena 3, La 1, Canal 24 Horas, La Sexta y Cuatro, los seis canales de televisión que suelen acaparar más del 90% de la audiencia diaria. Otra situación nunca vista en democracia.
No es casual que Pedro Sánchez haya institucionalizado los sábados por la tarde para anunciar medidas -aunque muchas veces sin muchas cosas nuevas que contar- ya que la audiencia suele ser más elevada este día de la semana en las franjas horarias elegidas.
Una situación que se acrecienta con todos los españoles confinados en sus hogares. Durante seis semanas ningún español ha podido salir de casa para evitar contagios y a cambio han tenido cada fin de semana a Sánchez acompañándoles en sus hogares.
'Aló Presidente'
Una estrategia ideada desde su equipo de comunicación liderado por Iván Redondo, jefe del Gabinete de Presidencia y Félix Bolaños, secretario general de la Presidencia del Gobierno. Redondo es un experto en comunicación fascinado con las estrategias de marketing político ideadas en Estados Unidos, por lo que consideran que esta ventana es vital para mantener el contacto de Sánchez con los españoles.
No obstante, los datos demuestran que la excesiva exposición comienza a perjudicar el mensaje conduciendo al agotamiento de los espectadores. El 14 de marzo se produjo el primer Aló Presidente -emulando los discursos semanales de Hugo Chávez y de Nicolás Maduro a los venezolanos- un momento de gran emotividad en el que Sánchez apeló a la épica y al corazón de los españoles para justificar el primer estado de alarma.
El resultado fue una espectacular audiencia de 18 millones de espectadores de media, 80,9% de cuota de pantalla y cerca de 22 millones de cobertura. Es decir, ocho de cada diez españoles que en ese momento veían la televisión lo hacían para seguir el discurso del presidente de Gobierno.
Fue el programa más visto de la historia de la televisión en España, por encima de la tanda de penaltis de los cuartos de final de la Euro 2008 contra Italia con 16.255.000 espectadores y un 82% de cuota de pantalla; la final de la primera edición de Operación Triunfo en 2002 que fue seguida por una media de 12,7 millones de espectadores y la final de Médico de Familia emitida en 1997 que congregó frente a la pantalla a 10,5 millones de personas.
Eso sí, a favor de Sánchez jugó la excepcionalidad de la medida, que todos los canales en abierto emitieron su mensaje y que en esas fechas todos los españoles estaban ya confinados por los acontecimientos acontecidos en los tres días anteriores por el avance de la pandemia.
Caída de la audiencia
Un verdadero caramelo para Redondo y unas cifras que les llevaron a decidir que era conveniente realizar una comparecencia semanal y preferentemente los sábados cuando hubiese mayor expectación.
Pero los datos nunca volvieron a ser los mismos. Al siguiente fin de semana Sánchez se atrevió con dos comparecencias -una el sábado y otra el domingo- para contar los avances de la epidemia y nuevas medidas económicas y sociales. El sábado le vieron 13,7 millones de espectadores de media y el domingo cayó a cerca de 10 millones.
El tercer fin de semana de confinamiento solo apareció el sábado y a dar cuenta de la petición de la primera prórroga del estado de alarma. Le vieron 8,8 millones de personas.
Ya en el mes de abril, las medidas económicas continuaron y Sánchez volvía a pedir esfuerzos a los españoles. Esta vez le vieron 10,4 millones de personas de media, siempre sumando todas las audiencias de las principales cadenas de televisión.
Agotamiento de los espectadores
El fin de semana del 12 de abril volvía a las pantallas en la Semana Santa más atípica de la historia con 9 millones de espectadores, para conseguir 8,8 millones a la semana siguiente cuando anunció que los niños podrían salir una hora a dar paseos. El último sábado en el que adelantó que los españoles podrían salir a hacer ejercicios las audiencias fueron de 7,9 millones.
Es verdad que las audiencias de Pedro Sánchez siguen siendo muy altas -más altas que todos los programas más vistos del año pasado- y que cualquier directivo de televisión pagaría por ellas, pero es evidente también que se ha producido un claro agotamiento.
Desde la primera a la última comparecencia han pasado seis semanas y Sánchez ha perdido diez millones de espectadores. Y lo peor es que su dato más bajo se ha producido en la comparecencia más reciente. Malos datos si es que se quiere seguir manteniendo la costumbre de hablarle a los españoles los fines de semana.