Carlos Herrera se ha convertido en el azote mediático del Gobierno de coalición durante el confinamiento y la desescalada. Desde su púlpito en las mañanas de Cope cada día reparte mordaces análisis y críticas para todos los miembros de Moncloa y el presidente Pedro Sánchez.
Unánimemente, todo el sector coincide en que ha sabido capitalizar como nadie el descontento ciudadano con la gestión del Ejecutivo y canalizar la corriente de opinión contraria a PSOE y Unidas Podemos.
"Está en su mejor momento", dice un directivo de radio que le conoce, pero que prefiere guardar el anonimato. Y no le falta razón. Sus audiencias rozan sus mejores datos históricos, la repercusión mediática es cada vez más grande y los pocos anunciantes que quedan en la radio hacen cola para poder aparecer en su programa y tenerle de prescriptor.
El comunicador andaluz registró 2.443.000 oyentes en la última oleada del EGM conocida en abril, lo que supuso un crecimiento del 9,6% y su segunda cifra más alta en esta emisora. Herrera ganó la friolera de 214.000 oyentes y ya sólo le separan menos de 400.000 de Hoy por Hoy de Cadena Ser, el líder histórico en esta franja. Cuando se estrenó el comunicador andaluz en 2015, la distancia era de más de un millón de seguidores.
Una importancia clave también en el punto de vista económico. Sin Herrera la emisora sumó pérdidas de 23 millones de euros entre 2010 y 2015. Con Herrera -fichado en verano de 2015- ha acumulado ganancias de más de 20 millones de euros entre 2016 y 2019.
Nuevo contrato
En 2015, el último año completo sin Carlos Herrera, la cadena facturó 88,8 millones de euros y obtuvo una cuota de mercado publicitario del 19,5%. Con el comunicador la emisora de los obispos facturó 113,5 millones de euros en publicidad durante el curso 2019, lo que ya le situó con el 27% de la cuota del mercado radiofónico.
Un crecimiento que se ha acelerado en los dos años de Gobierno de Sánchez, en gran parte porque Herrera ha sabido representar a los oyentes más descontentos con la gestión del Gobierno, un grupo de españoles que va en alza y que ya trasciende de manera transversal a las críticas de la derecha más extrema. El comunicador de Cope ya representa a millones de españoles, muchos más de los que le escuchan diariamente en la emisora de los obispos.
Pero no es oro todo lo que reluce. Carlos Herrera se enfrenta a su tercer año de contrato con Cope al comenzar el próximo mes de septiembre. El acuerdo cuando firmó su actual vinculación, a comienzos de 2018, fue que al final de su segunda temporada se renegociarían las condiciones. Sin embargo, todo parece indicar que se ha prorrogado debido a que Herrera y Cope se sienten con ganas de continuar y de seguir "liderando la radio" como indican públicamente.
Herrera ha visto que la emisora respeta su ánimo de ir desvinculándose periódicamente y que cuando quiere, puede cogerse un respiro de algunos días. Como ya informó EL ESPAÑOL, Herrera se toma con calma esta nueva etapa, con menos horas en antena, libertad de acción y compartiendo la presentación de la última parte del programa con su equipo.
Del mismo modo, la actual situación económica y la crispación política jaleada desde Unidas Podemos y el PSOE ha hecho que el comunicador se sienta más fuerte que nunca y con ganas de seguir en primera línea muchos meses... y quizás años.
Gobierno de coalición
¿Y la negociación de la renovación para 2021? Las fuentes consultadas indican que Herrera no está por la labor de sentarse a negociar todavía. Su idea es mantenerse fuerte y empezar a tender puentes bien entrado 2021. Al igual que en su anterior renovación estiró al máximo los plazos, su idea es repetir el modelo en esta oportunidad.
En cualquier caso, todo dependerá del actual Gobierno, de Pedro Sánchez y de Unidas Podemos. "Mientras se mantenga el Gobierno de coalición tenemos Herrera para rato", dice un directivo. Y no le falta razón. Herrera cree que puede alcanzar el liderazgo de la mano de la actual situación política y quiere intentarlo.
En principio, el actual Ejecutivo tiene cuatro años más de Gobierno, pero la aritmética parlamentaria no garantiza nada. Y Herrera y Cope estarán atentos. Saben que no es lo mismo articular un programa en base a las críticas al socialismo, a la contra, que hacerlo si un gobierno de derechas está en Moncloa.
De esta manera, las fuentes consultadas indican que -sorprendentemente- la continuidad y las sucesivas renovaciones de Herrera están íntimamente ligadas al Gobierno que critica todos los días desde su micrófono. Sin duda, una gran paradoja.