Javier Moreno vuelve a la dirección del diario 'El País' después de seis años.

Javier Moreno vuelve a la dirección del diario 'El País' después de seis años. EFE

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El regreso de Moreno desata una crisis en la redacción de El País por temor a un nuevo ERE y a la salida de toda la cúpula

La decisión de sustituir a Soledad Gallego ha venido directamente del Consejo de Administración del grupo Prisa.

16 junio, 2020 02:10

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"Durante el martes día 9, el director de El PaísJavier Moreno Barberpresionó y amenazó gravemente a varios redactores para que no dejasen sin firmar las informaciones que habían elaborado. La retirada de firmas era una protesta por la presentación por parte de la empresa de un ERE que afecta a 149 personas (un tercio de la plantilla)".

"Siguiendo órdenes del presidente de Prisa, Juan Luis Cebrián, Moreno ejerció sus presiones directamente y a través de los subdirectores y redactores jefes. Esa actuación de Moreno ha provocado un divorcio irreversible entre la Redacción y su director. Por ello, la plantilla de El País considera que Javier Moreno Barber ha quedado inhabilitado para ejercer el cargo que ostenta y le exige que presente su DIMISIÓN inmediatamente".

Este comunicado del Comité de Empresa de El País está fechado el 11 de octubre de 2012 y se produjo un mes antes de la última gran huelga de tres días (6-8 de noviembre) realizada por la plantilla en protesta por el único ERE que se ha realizado en El País y que se llevó consigo a un tercio de la plantilla. Nunca antes habían pedido la dimisión de un director en lo que es un buen barómetro para medir las pésimas relaciones de Moreno con parte de su plantilla.

Un ERE traumático que la redacción de El País tardó años en digerir, pero que ahora vuelve como un nubarrón a situarse sobre sus cabezas tras conocer la inminente vuelta de Javier Moreno a la dirección del diario, seis años después de que se marchase.

Las fuentes de las redacción con las que ha charlado Invertia hablan de una "absoluta sorpresa y gran preocupación". El problema es que los contrastes son muy grandes. Hace dos años el nombramiento de Soledad Gallego Díaz se interpretó con un guiño a la redacción y ahora se produce el efecto totalmente contrario con la vuelta de Moreno, que no dejó los mejores recuerdos en su plantilla.

ERTE en 'El País'

Quienes le conocieron no dudan en calificarle como un profesional frío, cerebral y que cumple sus objetivos metódicamente y con tranquilidad. De hecho, durante sus más de ocho años al mando del diario (2006 a 2014) sustituyendo al histórico Jesús Ceberio siempre se le acusó de ser un ejecutor de las decisiones de Juan Luis Cebrián, por esas fechas todopoderoso presidente de Prisa. El común denominador es que siempre ha sido cercano a los directivos del grupo.

Las fuentes consultadas indican que el jarro de agua fría provocado por la salida de Sol Gallego ha estado acompañado de un sentimiento de temor por las medidas de ajustes que pueda tomar el diario en el futuro. Nadie duda que la actual situación del parón económico generado por la pandemia del Covid es la más grave de las últimas dos décadas e incluso peor que la crisis de la prensa de 2010.

Soledad Gallego-Díaz en una imagen de archivo.

Soledad Gallego-Díaz en una imagen de archivo.

Los paralelismos son evidentes y a los más veteranos de la plantilla se les vuelve inmediatamente a la cabeza el ERE de 2012. Oficialmente Prisa acordó con la plantilla de El País no hacer despidos hasta diciembre de este año, pero a partir del 1 de enero todos los escenarios están abiertos.  

Uno de ellos es realizar otro ERE y la llegada de Moreno no ayuda a calmar una plantilla que siempre le ha visto como un ejecutor de los planes de la dirección de Prisa y de sus gestores. Maruja Torres, que abandonó el diario precisamente con Moreno y que había vuelto como colaboradora hace tres meses con Gallego Díaz le calificó este lunes como "el niño de los ERE", un sentimiento que recorre a toda la redacción.

En la planta noble tampoco estás tranquilos. El primero en abandonar el barco ha sido Joaquín Estefanía, hasta ahora adjunto a la dirección, que deja sus responsabilidades ejecutivas en el diario. Del mismo modo, las tres piezas claves del organigrama de Sol Gallego podrían dejar sus cargos en breve: Borja Echevarría, Jan Martínez Ahrens y Mónica Ceberio.

Apoyo de la redacción

Los tres responsables de la redacción tampoco han encajado bien la salida de su directora. En la cúpula del diario no entienden que Prisa haya decidido sustituir a Gallego, la única mujer en los 44 años de vida del diario y solo dos años después de elegirla. En un momento en el que El País quería identificarse con el progresismo y con los valores propios del feminismo, la vuelta de Javier Moreno está totalmente fuera de la que Gallego dibujó para el futuro del diario. 

Soledad Gallego Díaz era ampliamente apoyada por todos los estamentos del periódico y fuentes consultadas por este diario indican que "no quería marcharse". Varios redactores hablaron con ella durante la pandemia y ella manifestó que quería cumplir su contrato de dos años y seguir para relanzar el diario postcovid, con ganas de sacar a sus compañeros del actual ERTE y con la idea de contar en primera línea cómo se iría conformando la nueva sociedad que ha salido del confinamiento.

¿Qué pasó? Las fuentes consultadas por Invertia indican que el equipo directivo de Prisa tenía en carpeta a Moreno desde hace al menos un mes. Desde el Consejo de Administración se le reconoce su gestión en El País América, donde impulsó el modelo de pago y su trabajo en la digitalización y la innovación de los medios. En Prisa también advierten que Moreno es uno de los pocos gestores que hay en Prisa que pueden liderar grandes equipos y lo ha demostrado como director de la Escuela de Periodismo de El País y como máximo responsable de América.

Redacción de El País.

Redacción de El País. El País

Pero ¿por qué situar a Moreno por delante de Sol Gallego cuando ésta manifestó en privado que no quería marcharse? La respuesta la podemos encontrar en el equipo directivo de Prisa. La dirección ha concluido que en un momento de crisis económica, con la refinanciación de Prisa con la banca sobre la mesa y con la caída de ingresos por publicidad en picado, lo más prudente era situar a un gestor al mando del diario.

Un gestor además que estuviera en directa sintonía con las directrices de Prisa y de su Consejo de Administración. Un rol que Moreno ya cumplió en la última etapa de Juan Luis Cebrián, cuando las mayores empresas españolas como Santander, Caixabank y Telefónica pasaron de ser acreedores a accionistas de la compañía.

Dificultades financieras

Como ya ha contado Invertia, el grupo Prisa se encuentra ante una encrucijada económica. Amber, su principal accionista con un 29% de las acciones ha descartado realizar una opa, mientras que la ampliación de capital delineada por Javier Monzón, presidente no ejecutivo, se ha quedado paralizada ante la falta de interés de empresas españolas.

La mala situación financiera también ha cerrado puertas a la anunciada salida a bolsa de Santillana y la venta del 10% de Media Capital -tras dos operaciones fallidas- ha hecho que los negocios portugueses pasasen de estar valorados en 440 millones a solo 130 millones de euros.

Javier Monzón en una imagen de archivo.

Javier Monzón en una imagen de archivo.

Es por ello que lo realmente importante para Prisa en estos momentos es el estado de su deuda. La pandemia y el confinamiento ha hecho que los bancos le perdonaran determinadas condiciones acordadas en el último acuerdo, pero sin resolver el grueso del problema.

En abril de este año la compañía debía abonar una amortización parcial de 275 millones de euros como parte de los compromisos suscritos con la banca acreedora. No era una obligación exigible sino que se configuró como un hito que, de no cumplirse, provocaría un encarecimiento del coste de su deuda. Finalmente, la banca les perdonó el 1,5% de aumento de los intereses y decidió no aplicar esta cláusula.

Por otro lado, Prisa debe realizar otras dos amortizaciones parciales y obligatorias de deuda el 31 de diciembre de 2020 y 2021 por importes de 15 y 25 millones de euros, respectivamente. Y debe pagar el grueso de la deuda en noviembre de 2022.

Si analizamos el impacto que puede tener el coronavirus en sus cuentas parece difícil que hoy por hoy se puedan consolidar estos hitos y todo parece aconsejar que el grupo debe cerrar cuanto antes la renegociación con la banca de nuevos acuerdos para aliviar una deuda cerca a los 1.500 millones de euros.