Manu Carreño estará un año más al frente de El Larguero de la Cadena Ser. El locutor ha renovado por el equipo de deportes, pese a que el deseo de la casa era afrontar una profunda reestructuración del programa que le permitiera recuperar con holgura el trono de las noches deportivas.
Desde hace meses la figura de Carreño está cuestionada en el interior de la Ser. Es cierto que en el último Estudio General de Medios (EGM) recuperó por la mínima el liderazgo frente a El Partidazo de la Cope. Sin embargo, no es suficiente. En los despachos de Gran Vía 32 existe el convencimiento de que el locutor está quemado y se necesita una reconstrucción urgente.
El problema es que ese proceso tendrá que esperar. La caída de la publicidad ha dejado ‘seca’ la caja de la emisora, y eso impide hacer grandes movimientos. Por tanto el objetivo de emprender fichajes ambiciosos tendrá que esperar a que la situación empiece a mejorar. De esta manera, han optado por ofrecer la renovación a Carreño para otra temporada, a la espera de ver qué ocurre en los próximos meses.
Sobre la mesa de Daniel Gavela, director general de la SER, está el plan que desvelaba Invertia de dar un golpe de mano contra la Cope y fichar a Juanma Castaño. Eso sería todo un misil en la línea de flotación de la emisora de los obispos, pero que requeriría de una gran cuantía económica. Máxime cuando el equipo de deportes de Cope acaba de renovar su contrato.
Ahora bien, el responsable de El Larguero no es el único que está en cuestión. Como ha contado Invertia, Àngels Barceló y Pepa Bueno también están en el disparadero. Se considera que están ‘quemadas’ y se planteaba la opción de dar un vuelco a la programación. Sin embargo, en la Ser han optado por la prudencia y, como en el caso de Carreño, toca esperar.
Última temporada
Sea como sea Manu Carreño afrontará a partir de septiembre la que podría ser su última temporada en el micrófono amarillo. Tendrá que hacerlo en un clima enrarecido en la redacción. No sólo por los recortes que se avecinan en las emisoras locales (que podría lastrar la cobertura de algunos eventos), también por el malestar que hay entre los miembros del equipo de deportes, que tendrá que trabajar durante el mes de agosto para cubrir la Champions League.
Un período que, sin embargo, el departamento comercial de la SER espera como agua de mayo. La suspensión de los carruseles durante el confinamiento supuso un duro varapalo en ingresos. Aproximadamente el 30% de la facturación de una cadena ‘grande’ depende de los anunciantes de estos programas.
A falta de conocer los datos del Grupo Prisa relativos al primer trimestre del año, las previsiones iniciales apuntaban a que la Cadena Ser dejaría de ingresar este año unos 40 millones de euros. Es decir, una caída del 25% respecto al total del dinero ingresado durante el ejercicio anterior.