"No nos pueden tomar más el pelo, claro que es deseable, claro que todos queremos vivir en un mundo mejor, claro que todos queremos comer de lo cercano, de lo sano... Liberemos los huevos, es el momento de liberar todos los huevos cuando estamos hasta los huevos".
Ana Rosa Quintana en estado puro: clara, directa y sin pelos en la lengua. La presentadora ha criticado duramente esta semana la última proposición no de ley planteada por Unidas Podemos en el Govern balear solicitando que los centros educativos y comedores públicos no vuelvan a servir huevos de gallinas enjauladas.
El ejemplo más reciente de las críticas de la presentadora de Telecinco al partido morado y al Gobierno de Pedro Sánchez. Ana Rosa no se ha callado nada en estos últimos meses transformándose en un verdadero dolor de cabeza para el Ejecutivo de coalición y para el líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias.
Líder de las mañanas televisivas, dice lo que piensa y cree firmemente en que hay que pedir explicaciones a las autoridades, independientemente de su color político. Un cóctel explosivo para el Gobierno y sus socios, acostumbrados a tratos favorables de la mayoría de las televisiones y a programas informativos que solo fiscalizan a la oposición.
Y esta semana ha vuelto a indignar a los morados. Es por ello por lo que la campaña en redes sociales contra la presentadora de Telecinco ha subido un escalón más esta semana. Gracias a una serie de polémicas virtuales, cientos de los 'bots' de Unidas Podemos han cargado contra Ana Rosa intentando desestabilizarla y pidiendo el fin de El Programa de AR.
El proceder de estos bots es siempre el mismo: centenares de cuentas coordinadas, muchas de ellas simples zombis digitales que no tienen dueño, se unen con el único propósito de callar las críticas contra el partido y sus líderes. Ocasionalmente algún líder de Unidas Podemos apoya sus cruzadas con un altavoz de miles de seguidores, lo que multiplica la campaña de acoso digital a quien ha osado a criticar al partido.
En el entorno de Ana Rosa se reconoce que la situación no es nueva para la presentadora y que lleva varios meses produciéndose al hilo de cualquier comentario mínimamente crítico con el partido, aunque sí advierten que esta semana el acoso ha sido particularmente intenso.
En los últimos cinco días, además del 'caso de los huevos' han coincid¡do otras tres polémicas elevadas por estos bots a debate nacional. Tres situaciones que han molestado particularmente a la cúpula del partido liderado por Pablo Iglesias. De hecho, ha sido el propio Pablo Echenique -habitual agitador de redes sociales- el que ha salido a contestar a Ana Rosa.
El lunes, la periodista analizó algunos casos en los que dirigentes políticos han recibido la vacuna y defendió la posibilidad de vacunar lo antes posible a altos cargos. "¿No os parece que hay diversos cargos que deberían ser vacunados antes que el resto de la población?" y agregó incluso que "se debería vacunar al rey".
Unas palabras que desataron la ira de las cuentas vinculadas a Unidas Podemos en redes sociales. De hecho, pocos minutos después irrumpía en el debate Pablo Echenique advirtiendo en sus redes que "no habría reyes si no hubiera súbditos", en el mismo mensaje en el que enlazaba una noticia con las palabras de Quintana.
Pero las polémicas no pararon ahí. El mismo lunes Ana Rosa debatió con la colaboradora Verónica Fumanal -exasesora de comunicación de Pedro Sánchez- sobre la utilidad del Hospital Isabel Zendal de Madrid. Fumanal criticaba los pocos recursos del centro ante lo que la presentadora la frenó en seco indicando que le gustaría ir allí si es que enfermase.
"Criticar que se haya construido un hospital público me parece alucinante. Es verdad que tendrá problemas, claro. Acaba de ser construido deprisa y corriendo, no funcionará un baño, un día se atascará una tubería... pero es alucinante, porque van a abrir el tercer pabellón". La presentadora remató, indignada: "Es más, si me pongo mala, que me lleven al Zendal".
Pero hay más. Esta misma semana y casi como una sutil venganza la presentadora aprovechó una entrevista con el investigador e infectólogo Oriol Mitjà para analizar la situación que atraviesa España con el aumento de casos de coronavirus, para bromear con el sentido de su voto en las elecciones.
Ana Rosa agradeció la sinceridad e imparcialidad del experto: "Me gusta mucho que digas lo que piensas". La presentadora recalcó que, "a pesar de considerarse un hombre de izquierdas", ha demostrado tener conciencia social. "Votar a un partido u otro no quiere decir que anule sentido común y, además, de responsabilidad frente a la sociedad. Yo un día también voté a izquierdas", añadió la conductora del programa entre risas.
Un cúmulo de situaciones que ha indignado al propio Pablo Iglesias. Y es que mucho ha llovido desde que en 2015 la presentadora pasara 24 horas con Iglesias. En ese momento realizó una entrevista distendida saliendo a hacer deporte juntos y desayunando en la casa del político. Eran otros tiempos cuando Iglesias quería darse a conocer entre el público de la presentadora y no era vicepresidente del Gobierno.
Incluso Iglesias intentó la reconciliación en septiembre de 2018. El líder de Unidas Podemos visitó el plató de El Programa de AR para hablar sobre la situación política de ese entonces, marcada por la subida de la luz y la situación de los pensionistas. Además de charlar con Ana Rosa Quintana, Iglesias respondió a ciudadanos anónimos que le habían preguntado en el plató y en las redes sociales. Pero no salió bien.
En cambio, hoy Iglesias tiene entre sus obsesiones a la propia presentadora y busca maneras para intentar rebajar el tono de las críticas. Lo que más preocupa en Unidas Podemos es la elevada audiencia de Ana Rosa que, además, se multiplica en medio de estas polémicas.
Precisamente esta semana, El Prograna de AR registró su mejor audiencia del mes y, por tanto, de lo que va de año. El lunes llegó a los 863.000 espectadores y un 21,1%, el martes a 846.000 (22,4%), el miércoles a 746.000 (20%) y el jueves a 672.000 (18,5%). En todos los casos siendo líder destacado de su franja y con su más cercano perseguidor, Espejo Público, a una distancia de entre 300.000 y 200.000 espectadores.