Sevilla quiere proteger sus mayores reclamos turísticos: sus monumentos. El Ayuntamiento de la capital andaluza ha propuesto una modificación de la ordenanza municipal de publicidad. Los cambios ponen sus joyas arquitectónicas entre algodones: prohibirá la publicidad que “impida la visión general” de la Giralda o de la Catedral.
Así lo recoge la propuesta que pretende modificar la normativa de 2007. La nueva ordenanza, consultada por Invertia, restringe la actividad publicitaria en los principales ejes patrimoniales de la ciudad. En zonas como la Avenida de la Constitución o la Plaza del Salvador, no se podrá instalar publicidad a excepción de los establecimientos de la zona.
No serán las únicas limitaciones en la capital hispalense. No estará permitida ninguna publicidad que pueda impedir la visión general de la Catedral o la Giralda. La prohibición se amplía a zonas de influencia de otros monumentos o conjuntos de importancia patrimonial o ambiental.
La Catedral de Sevilla en una imagen de archivo.
Igualmente, se limitan las instalaciones de elementos como banderolas, rótulos u objetos publicitarios en el conjunto histórico y en bienes de interés cultural. La ordenanza también se centra en la “protección de la intensidad lumínica” para asegurar el nivel adecuado con las proximidades de otro edificio.
Las placas conmemorativas también estarán sujetas a la nueva normativa. Las ubicadas en el centro histórico tendrán unas dimensiones y materiales obligatorios. “Se deberán ubicar en determinados espacios y todas aquellas que estén en el conjunto histórico pasarán por la Comisión Provincial”, recoge el texto.
Nuevos formatos
La modificación se basa además en adaptar la normativa a las nuevas formas de anuncios publicitarios. Regula y ordena las pantallas digitales de publicidad instaladas en equipamientos deportivos o en escaparates de locales comerciales. Deberán contar con unas medidas específicas y en ningún caso en los ejes patrimoniales.
En relación con las proyecciones publicitarias sobre fachadas, se permitirán siempre y cuando se realicen en una serie de zonas y espacios determinados, como puedan ser edificios terciarios o equipamientos deportivos.
A juicio del Ayuntamiento sevillano, los cambios tienen dos objetivos claros. La protección del paisaje urbano y del patrimonio de la ciudad, y la adaptación a las nuevas formas de publicidad para más ingresos y dinamizar determinados sectores. “Hemos buscado el equilibrio entre ambas líneas de trabajo”, argumentan.