Según ha podido confirmar Invertia con fuentes cercanas al proceso, el plan incluye más de 100 salidas en esta división -otras fuentes cifran el número en algo menos- y se presentará a los sindicatos de manera inminente.

Consultadas por este expediente, fuentes oficiales de la emisora indican que "como consecuencia de los efectos de la pandemia en el mercado publicitario, de la falta de ayudas oficiales y ante la llegada de la tercera ola, la Ser decidió una reducción salarial para los sueldos superiores a 85.000 euros anuales. A la vista de que la situación de crisis continúa, la empresa está estudiando medidas de ajuste aún sin concretar". 

El último gran ERE se zanjó hace ocho años con más de 140 salidas en Prisa Radio y afectó especialmente a las provincias y delegaciones regionales, que vieron reducida drásticamente su programación, tanto de las emisoras locales como regionales. En 2013 Prisa justificó este movimiento en la presión de la banca acreedora.

En cambio, en este 2021 la justificación es el impacto de la Covid-19 en las cuentas de la emisora. Como ya publicó este diario, Cadena Ser registró en 2020 una facturación de 128,5 millones, un desplome del 25,4%. En total, la emisora dejó de ingresar la friolera de 44 millones de euros en solo un año.

Para este curso, las previsiones no son nada buenas y así lo demuestra la caída de la facturación publicitaria de la Radio durante el mes de enero. Un descenso del 26,7%, por encima de todo lo perdido de media en 2020. La nevada y la tercera ola de contagios fueron demasiado para un sector que ya cerró el año pasado muy herido.

Este nuevo ERE de la Ser se suma a una decena de salidas puntuales que se han producido en la emisora de Prisa en las últimas semanas y que han generado duras réplicas de los sindicatos. 

Guerra con los sindicatos

Según UGT y CCOO, estamos ante un acto de deslealtad por parte de la empresa. "Los trabajadores, en estos meses tan complicados, han hecho esfuerzos considerables aceptando rebajas de salarios y ampliando horarios para poder sacar la radio adelante. Horarios excesivos que no podemos cuantificar ni pueden ser recompensados de manera alguna".

De esta manera, la presentación de un nuevo ERE hace prever que se avecina una nueva guerra con las respectivas representaciones sindicales.

En mayo la empresa acordó dos ERTE con los sindicatos. El primero fue de suspensión de jornada y afectó a 256 empleados de la emisora, mientras que el de reducción de salario del 10% se aplicó a otros 924 trabajadores de la cadena de radio.

De esta manera, el ERTE de reducción salarial y de jornada duró hasta el 31 de diciembre y el de suspensión lo hará hasta el 12 de julio de este año. Estuvieron excluidas las retribuciones brutas por debajo de 15.000 euros.

Este ERE de Cadena Ser se produce en el marco de un plan global de Prisa para recortar la masa salarial en sus medios de comunicación, pero que tendrá diferente impacto en las diferentes divisiones del grupo.

Dos modelos de gestión

Mientras que en Prisa Radio, a cargo de Pedro García Guillén, se ha optado por el ERE, rebajas salariales y bajas incentivadas, en Prisa Noticias, responsabilidad de Alejandro Martínez Peón, solo ha sido necesario hacer recortes acotados en los salarios más elevados. 

En Prisa Noticias (principalmente El País) se propuso un recorte del 10% a los salarios de más de 85.500 euros y la congelación de los planes de pensiones, la fórmula que precisamente se había pactado para mejorar los salarios en el último convenio colectivo. Un recorte que ya se puso en marcha el año pasado. También se pondrán en marcha bajas incentivadas puntuales.

Una situación que demuestra dos formas de gestión y de entender el negocio. En el caso de Cadena Ser no se ve un plan de futuro para salir de esta crisis, para mejorar ingresos y digitalizar sus emisoras.

Por el contrario, en Prisa Noticias se ve un avance en objetivos estratégicos con un modelo de negocio que comienza a dar sus frutos en su estrategia de pago de contenidos.

De hecho, El País llegará en pocas semanas a los 100.000 suscriptores digitales, un golpe sobre la mesa en un sector en que la mayoría de las cabeceras tienen puestas sus esperanzas para el futuro de la prensa digital.