La candidatura de Pablo Iglesias a la Comunidad de Madrid hecha pública esta semana abre un buen número de frentes políticos. Sin embargo, hay una lucha de la que prácticamente no se ha hablado, pero que preocupa mucho a los líderes del partido morado. Una batalla mediática más allá de la ideología que les podría arrebatar un número importante de votos y hacer la diferencia entre el éxito y el fracaso de la campaña.
Una lucha en la que Pablo Iglesias tiene pocas posibilidades de salir victorioso en Madrid. El análisis que se hace en la formación morada es claro y preciso: si Iglesias no mejora su percepción en los medios, probablemente no pueda remontar en las encuestas. Y en este punto la clave es mirar a dos de sus principales críticos: Vicente Vallés y Carlos Herrera.
Los dos comunicadores pueden 'acabar' con Pablo Iglesias en esta campaña, según los análisis que se hacen en Podemos. Entre los dos suman un millón de oyentes y espectadores diarios, la mayoría críticos con el partido. Es por ello por lo que desde los cuarteles podemitas se ha sugerido una estrategia de máxima confrontación, acoso y denuncia contra estos medios y comunicadores, para aglutinar a sus fieles en torno a la figura del líder poniendo en la picota a los periodistas
Vallés es líder de audiencia de la televisión, un medio que según todos los partidos políticos tiene gran influencia en los votantes; mientras que Herrera lo es en la radio, un soporte que genera opinión y el que más se ha posicionado políticamente tras la pandemia. Por lo tanto, el objetivo es intentar mitigar el impacto que sus comentarios puedan tener en los votos finales que pueda conseguir Iglesias.
Vallés y Herrera son dos viejos conocidos de Iglesias y dos de los periodistas más críticos con su gestión. De hecho, nada más conocerse el plan del líder morado de asaltar Madrid, los dos comunicadores no dudaron en criticarle y comenzar una 'campaña' para descubrirle y dejar en evidencia sus inconsistencias.
Los datos en Madrid
"La versión de Iglesias es frenar el avance de la derecha criminal. Otra tesis es la de Teresa Rodríguez. Dice que Iglesias se aburre por inmadurez", dijo Vallés el mismo lunes respecto de la decisión de Pablo Iglesias.
Por su parte, Carlos Herrera ha sido algo más enfático respecto de las verdaderas intenciones de Pablo Iglesias. "No va a tomar su acta de diputado en la Asamblea de Madrid, este se queda en el Congreso. Y desde el Congreso, pues va a ser a la vez parte del Gobierno, será también parte de la oposición y tendrá los mismos ministros que ahora y estará más suelto, guerrillero".
¿Cuál es el verdadero impacto que pueden tener estos comunicadores en la campaña de Pablo Iglesias? Los datos hablan de, al menos, un millón de espectadores y oyentes de media diaria para los dos comunicadores, una cifra nada despreciable si consideramos que el censo de la Comunidad de Madrid es de cinco millones de votantes y que el PSOE ganó las últimas elecciones nacionales con exactamente 1.031.000 votos.
En el caso de Vicente Vallés, su media de espectadores en el prime time de las noticias de Antena 3 llega a los 3,6 millones de espectadores en marzo. Muy por encima de los 1,3 millones de Pedro Piqueras en Telecinco y los 1,7 millones de Carlos Franganillo en TVE.
Cifras a nivel nacional que se hacen aún más insalvables para sus competidores en la Comunidad de Madrid. Los datos de Kantar Media indican que Vallés está teniendo 535.000 espectadores en Madrid de media diaria en marzo. A mucha distancia de los 340.000 de Pedro Piqueras y casi triplicando los 203.000 de Carlos Franganillo.
Pasar al ataque
En el caso de Carlos Herrera, el último EGM le atribuyó 588.000 oyentes de media diara en la Comunidad de Madrid, solo por debajo de los datos de Cadena Ser, con 716.000 espectadores, pero por encima de los 388.000 de Onda Cero y los 194.000 de Radio Nacional.
Con estas cifras y su impacto mediático, nadie duda en Podemos de que los dos comunicadores pueden hacer mucho daño a Pablo Iglesias.
Es por eso por lo que la consigna es clara y pasa por pasar al ataque y utilizar a todos sus bots de Twitter, a sus directivos y a militantes para que minen la credibilidad de Carlos Herrera y Vicente Vallés. Una batalla subterránea que no ha hecho más que empezar.
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