Borja Prado ha presentado este martes su dimisión como presidente y miembro del Consejo de Administración de Mediaset España en una reunión celebrada esta misma mañana. El directivo abandonará la empresa audiovisual el 31 de diciembre.

Prado fue nombrado consejero de Mediaset España en 2004. Este nombramiento coincidió con la salida a Bolsa de la compañía. Más tarde, el 20 de abril del pasado año fue nombrado presidente de la empresa en sustitución de Alejandro Echevarría.

La compañía afirma en un comunicado: "Prado ha conducido con éxito la compañía a través del proceso de OPA, segregación y posterior fusión por absorción con la matriz del grupo, MFE-Media for Europe, culminado el pasado mes de mayo".

[Borja Prado dimite como presidente de Mediaset España por sus divergencias con el consejo]

Para Prado, todo ello supone “la culminación de un largo periodo de servicio para el Grupo Mediaset, al que siempre he prestado mi ayuda, defensa y colaboración desde que, hace más de 23 años, fui nombrado consejero”.

El Consejo de Administración ha agradecido al directivo “el tiempo, dedicación y apoyo que ha brindado en todo momento y las inestimables aportaciones que ha realizado a la compañía durante todos estos años”.

La dismisión se conoció la noche del pasado 4 de diciembre. Fuentes consultadas por EL ESPAÑOL-Invertia aseguraron entonces que su renuncia se debe a cuestiones personales, y al término de una etapa en el seno del grupo italiano de medios. Se especula con la posibilidad de que reciba acomodo en el consejo de la matriz, pero este diario ha podido constatar que es más que probable que no sea así.

Esas mismas fuentes afirmaron que Prado llegó a Mediaset España con el único propósito de terminar proceso de fusión con Media for Europe (la matriz controlada por la familia Berlusconi) y que, una vez concluida, su presencia carece de sentido.

Discrepancias

Además, hay que sumar las discrepancias en el seno de Mediaset España entre el propio Borja Prado y el equipo ejecutivo, compuesto por los consejeros delegados, Alejandro Salem y Massimo Musolino. Ambos han acaparado en los últimos meses todo el poder, dejando al presidente funciones meramente representativas. Algo que él nunca quiso.

Tras la salida de Paolo Vasile, exconsejero delegado del grupo, Prado logró hacerse con el control de los informativos, con el objetivo de mantener una línea editorial de centro derecha. Sin embargo, el mayor poder de los nuevos ejecutivos italianos -respaldados por el heredero de Silvio Berlusconi, su hijo Pier Silvio- culminó en una reestructuración que lo dejó totalmente apartado del día a día.

Telecinco

No sólo existían discrepancias a la hora de marcar la línea editorial de la cadena entre los tres, sino que también las había en la televisión, que debía hacerse para tratar de dar la vuelta a las audiencias de Telecinco, que se encuentra en mínimos históricos.

Una de las grandes discusiones en el seno de la dirección vino por la cancelación de Sálvame y el futuro de Jorge Javier Vázquez en Mediaset España. El presidente era partidario de su salida, mientras que Salem concedió una entrevista a El País donde aseguraba que contaba con el presentador y que mantendría su contrato en el grupo de comunicación.

Salem ganó el pulso. Muestra de ello es que Jorge Javier volvió a la pantalla en septiembre con Cuentos Chinos, un programa que no obtuvo el respaldo de la audiencia y que fue cancelado de forma abrupta por parte de la directiva de Mediaset España.