España ya no se divide entre la gente a la que le gusta la tortilla de patata con o sin cebolla. Ahora, el ciudadano medio se debate entre Pablo Motos o David Broncano. Que le pregunten al ministro Óscar Puente, al que Gemma Nierga le preguntó por estos dos temas en el estreno de 59 segundos de TVE.
Es el reflejo televisivo de lo que se vive día tras día en redes sociales y de aquella idea que busca implantar en el imaginario colectivo un motivo más de división y discrepancia en lo político. Identifican así al ‘conservador’ Pablo Motos (El Hormiguero) con el ‘progre’ David Broncano (La Revuelta), que conecta con el público y las ideas de modernidad propias de una España del siglo XXI.
Cada décima de audiencia que gana La Revuelta es vituperada por sus huestes en las redes sociales, mientras que cada décima que pierde El Hormiguero es considerada como un éxito en la lucha contra el fango y la caverna mediática. Concepciones, todas ellas, que olvidan lo más básico: son dos productos televisivos, con públicos diferentes. Porque esto va, precisamente, de eso: de audiencia y de televisión. Ni más, ni menos.
Es innegable que la llegada de La Revuelta a TVE ha supuesto un revulsivo para su acces prime time. De la nada ha pasado a cuotas, según el día, de entre el 16% y el 18%, liderando en algunas noches la franja por delante de El Hormiguero.
Pero el efecto Broncano no ha sido lo que esperaba el exdirector de contenidos de RTVE, José Pablo López, cuando desató un cataclismo interno en la Corporación para fichar al presentador.
Sobre el papel, La Revuelta debería dejar un techo lo suficientemente alto como para asegurar un buen dato en el prime time. Sin embargo, no está ocurriendo así. Por seguir con el ejemplo, el pasado jueves Broncano lograba un 15,6% de share, mientras que su sucesor, 59 Segundos, se quedaba en el 6,6%.
Pero es que si se analizan los primeros 16 días de mes, se puede comprobar cómo el efecto Broncano tampoco se deja sentir. La 1 tiene una cuota de pantalla del 10%, frente al 10,8% de un año antes.
TVE no retiene
Por tanto, si bien es cierto que La Revuelta ha devuelto a TVE a competir en el access prime time, no está siendo suficiente para traer de vuelta la competitividad al resto de la franja nocturna. Tampoco al cómputo global de la parrilla.
Se puede decir, por tanto, que Broncano está logrando parcialmente su objetivo. Atrae audiencia, mucha de ella nueva a esa hora, pero TVE no consigue retenerlos una vez que termina el programa.
Un efecto que no ocurre en el caso de Pablo Motos. El presentador de El Hormiguero está también en entornos del 18 - 19% de share. Su mejor arranque de temporada, gracias a la audiencia que se ha incorporado al access prime time.
La cuota de Antena 3 ha subido seis décimas en los primeros 16 días de septiembre, hasta el 14,4% frente al año pasado. Una cifra que coloca a la cadena como líder de audiencia, frente al 10% de La 1 y el 9% de Telecinco. Precisamente, el principal competidor que tiene Antena 3.
¿Por qué es su principal rival? Porque con TVE, Motos -y, por tanto, Antena 3- se juega el ‘honor’, ‘el Trono’, pero con Telecinco se disputa lo más importante: el dinero, la publicidad, la rentabilidad. Y ahí el vencedor es evidente.
En la franja del access prime time, Telecinco no ha logrado dar un golpe en la mesa. Ahí está el fracaso de Babylon Show con Carlos Latre. Fue retirado de antena a las tres semanas de su estreno y tras tocar suelo con un 3,3% de audiencia. Segundo programa que cancela, tras el intento que hizo el curso pasado con Cuentos Chinos y Jorge Javier Vázquez.
La cadena de Fuencarral se ha dejado en torno al 40% de su audiencia en esa franja respecto al año pasado. Un duro varapalo que la deja fuera de juego en el terreno publicitario y que, además, supone preocupación también para la emisora.
Dado que TVE no tiene publicidad, los anunciantes deben escoger entre Antena 3 y Telecinco. Con una gran diferencia, la distancia en audiencia hace que los GRPs (impactos) comprometidos con los anunciantes se cumplan de forma muy distinta en una emisora que en otra.
Optimizar publicidad
Con el 18,9% de audiencia que firma Pablo Motos, cumplir los objetivos es mucho más sencillo. Permite optimizar los bloques publicitarios y lograr los impactos requeridos. Sin embargo, Telecinco necesita ahora un mayor pase de cada anuncio para alcanzar sus compromisos. Algo que puede provocar una sensación de saturación publicitaria en el espectador.
Una guerra comercial de la que se aprovecha TVE, ya que La Revuelta arranca a las 21.40 horas, momento en el que Antena 3 está en publicidad, lo que le permite hacer algún colchón de audiencia hasta que Motos comienza a combatir a eso de las 22.00 horas y empieza a recuperar terreno.
La batalla por la audiencia es encarnizada, pero lo que parece claro es que Motos no tiene -por ahora- rival en el liderazgo de la rentabilidad. Y eso, para el business, es lo más importante.