"La subida del rating refleja nuestra visión del comportamiento de la economía española durante los últimos cuatro años, que consideramos sólido y equilibrado y que está beneficiando gradualmente a las finanzas públicas", explica S&P en su informe, que por otra parte, está pagado por el Gobierno español.
El rating es para un emisor de deuda lo que el DNI para cualquier ciudadano. La calificación de S&P, Moody's o Fitch es un permiso fundamental para poder acceder a los mercados financieros y poder captar capital entre los inversores. Es el emisor quien paga por la elaboración de estos informes financieros.
La agencia documenta en su análisis el alto crecimiento que registra la economía española -más del 4% en términos interanuales- y señala como positivas las reformas emprendidas por el Gobierno Rajoy en los últimos cuatro años.
Entre ellas destaca la reforma laboral, la consolidación fiscal gradual o la mejora del empleo. También los menores costes financieros que supone la deuda por la bajada de los tipos de interés a casi cero en Europa y el hecho de que la recapitalización de la banca no vaya a tener costes fiscales para el Estado, según S&P.
"Nuestro escenario base es que en el periodo 2015-2018, el gasto del sector privado seguirá creciendo y el próximo gobierno elegido adoptará nuevas medidas para reducir la elevada deuda del sector público, que se ha incrementado casi tanto como ha caído la deuda privada durante los pasados cinco años", explican en la agencia.
Las previsiones de crecimiento de España a medio y largo plazo estarán, en opinión de S&P, limitadas por "la todavía elevada deuda externa, el alto desempleo, el envejecimiento de la población y la menor inversión en educación, investigación y desarrollo en comparación con sus pares de la zona euro".
La firma alerta también de otro riesgo mucho mayor: los desvíos en el cumplimiento de los presupuestos y en la aplicación de políticas estructurales, "lo que podría poner en riesgo los objetivos de crecimiento económico".