En el escenario de incertidumbre en el que viven los mercados en este 2016, cualquier mínimo repunte de la volatilidad provoca otra sesión de desplome en los mercados. El Ibex empezó la sesión con un descenso próximo al 3% en pleno movimiento bajista de las bolsas europeas, pero la buena sesión de Wall Street ha permitido moderar las pérdidas hasta el 1,64%.
La sesión en China fue bien, pero el día complicó en Europa desde la apertura. A los pocos minutos de empezar la sesión, las pérdidas ya alcanzaban el 3% y en algunos casos, lo superaban. Era la mejor muestra de que la incertidumbre se convierte en volatilidad y cada reacción provoca un fuerte descenso. El dinero tiene mucho miedo en este inicio de año y huye a cada mínimo riesgo.
Sin embargo, el rebote de las materias primas y la subida de Wall Street permitieron limitar las pérdidas de las bolsas europeas. El Ibex se dejó un 1,64% en la sesión y, aunque perdió el nivel de los 89.800 puntos, consiguió salvar el de los 8.700 puntos que parecía perdido durante toda la mañana. Pese a todo, sigue siendo el nivel más bajo del selectivo del último año y medio.
ArcelorMittal y Repsol, dos de las compañías españolas más castigadas de los últimos meses han subido hoy un 5,5 y un 2,7% respectivamente. Sacyr también avanzó con fuerza, casi un 3%, empujada por Repsol. En el extremo opuesto, Ferrovial, tras la venta de su participación de Leopoldo del Rivero y de IAG, precisamente por la subida del petróleo. Ambas compañías se dejaron más de un 4% durante la sesión.
El Cac francés ha sido uno de los más afectados: perdió un 1,8%% en medio del posible escándalo de emisiones de Renault. La automovilística ha vivido hoy una sesión negra en la que ha llegado a desplomarse más de un 20%, la peor caída de su historia.
La volatilidad es así de caprichosa. Los mercados abrieron al alza en Wall Street y de pronto, el pesimismo se alivió. El Dow Jones avanza más de un 1% en las primeras horas de cotización, lo que ha permitido a las bolsas europeas rebotar desde los mínimos del año.
La economía no va
Las incertidumbres sobre la economía mundial siguen lastrando a las bolsas y, por si fuera poco, la oleada de atentados que están ocurriendo en todo el mundo acaba de dar la puntilla a la confianza de los inversores.
Esta mañana, el INE ha publicado que la confianza empresarial en España ha caído un 1,3% en el inicio del primer trimestre del año respecto al final de 2015. Un fuerte descenso que rompe una racha de casi tres años de mejoría de la confianza del sector empresarial. Tampoco van mucho mejor las cosas en Italia: hoy se ha conocido que la producción industrial de diciembre se contrajo un 0,5% mensual. Fue un descenso inesperado, ya que los economistas confiaban en un avance del 0,2%.
Además, la inflación y el desplome del petróleo siguen acercando el fantasma de la deflación. UBS afirma que el Banco Central Europeo tendrá que resignarse a rebajar su objetivo de inflación, que actualmente está en el 2%, ya que será imposible que consiga alcanzarlo de forma sostenida en esta nueva era de crecimientos muy bajos. “Va a ser muy difícil salir de este ciclo de bajo crecimiento”, alerta el jefe de la Oficina de macroeconomía de UBS. Irlanda y Finlandia han publicado hoy sus cifras del IPC de diciembre: un 0,1 y -0,2% respectivamente. Más malas noticias para asustar al mercado.
Si alguien confiaba en que el Banco Central Europeo saliese a relajar las tensiones de las bolsas, las esperanzas se han acabado hoy. El presidente de la entidad, Mario Draghi, ha realizado hoy un discurso en Bolonia en el que ha pedido más reformas estructurales, pero que no se ha referido ni una palabra a aumentar los estímulos en la reunión de la entidad de la semana que viene. Otra noticia que contribuye a decepcionar a los inversores.