La gran apuesta de los bancos centrales contra la crisis de 2016
Los inversores temen que la recesión de los emergentes acabe trasladándose a Europa y EEUU.
23 enero, 2016 01:51La confianza ha quedado dañada, las previsiones han empeorado, las cotizaciones se han desplomado... Las tres primeras semanas de 2016 se saldan con un derrumbe en los mercados financieros, contenido por la entrada en escena este jueves Banco Central Europeo (BCE) y de la Reserva Federal (Fed), que actuará la semana que viene. El discurso de Mario Draghi -prometiendo medidas en marzo- ha frenado en seco la caída de las bolsas y la tensión financiera que se respiraba.
Primero, con la anticipación de más medidas expansivas desde el BCE. Más tarde, una creciente probabilidad de que el Banco de Japón tome nuevas medidas expansivas en su reunión del 28-29 de enero; también con las inyecciones de liquidez del Banco Popular de China y, por último, una matización del discurso alcista de la Fed de cara a su próxima subida de tipos de interés
“¿Suficiente para que la calma vuelva al mercado? Está demasiado castigado y hay demasiada desconfianza. Pero, es cierto, sin duda puede poner (si se materializa) un suelo para el mercado. Y si no cae, acaba subiendo”, apunta el estratega de Citi, José Luis Martínez-Campuzano. “En mi opinión, es imprescindible que la autoridad monetaria china tome más medidas expansivas. Pero, a muy corto plazo la prioridad parece estar en reducir la propia inestabilidad sobre la moneda”.
¿Han sobrerreaccionado las bolsas?
El Ibex 35, la referencia de la bolsa española, subió un 3,3% el viernes, hasta los 8.722 puntos, en su mejor jornada desde el pasado mes de octubre, cuando otra reunión del BCE provocó fuertes subidas. En la semana, el alza se eleva al 2% y reduce del 13% al 8% la caída mensual en enero, que iba camino de convertirse en uno de los peores meses de la historia.
Después de bajar hasta los 8.200 puntos el pasado miércoles, el índice rebotó con violencia y terminó con un alza semana del 2%. En dos días, el índice se ha anotado un 6%. Los valores financieros se han comportado por encima de la media y el índice Stoxx 600 sumó su mejor racha de dos días desde finales de 2011.
El enigma del petróleo
El petróleo se ha convertido en otra de las guías a seguir. Desde que comenzó el año no ha dejado de caer -más del 20% en la referencia europea Brent-, pero desde el jueves ha rebotado lo suficiente -un 15%, hasta 31,2 dólares- como para calmar los ánimos de un sector desesperanzado. Si se mantiene la tendencia, claro.
Sin embargo, los expertos consideran que los efectos de la abrupta caída del petróleo -del 75% en 18 meses- han roto el bolsillo de algunos de los mayores inversores del planeta: los fondos soberanos de los países exportadores de crudo. Su capacidad de invertir -ya sea en deuda o bolsa- se ha visto mermada y algunos se verán forzados a reducir parte de sus carteras
A nivel económico, según datos de Arcano, las inversiones energéticas suponen el 2,2% del total de PIB global, “de manera que la caída de inversiones energéticas en un 22% ha restado un 0,4% al crecimiento económico”.Al otro lado de la balanza, "la bajada del precio del petróleo es buena para la economía mundial.
El motivo es que los países productores tienen tendencia a ahorrar y los importadores tienen propensión a consumir más, por eso cada dólar que baja el precio se puede traducir en mayor actividad económica", añade Ignacio de Latorre, socio de Arcano. “El consumo a su vez depende de la confianza del consumidor, de la subida de salarios, de la creación de empleo y del precio de la energía. Estos factores van en buena dirección en Occidente”.
¿Está todo perdido en China?
Todo comenzó el 4 de enero. Como estaba previsto, el Gobierno chino puso en marcha los ‘cortocircuitos’ -mecanismos de suspensión automática- para el conjunto del mercado bursátil si los índices alcanzaban una caída del 7%. Y sucedió. Un mal dato de actividad manufacturera activo las ventas masivas y el mercado se cerró antes de tiempo. También dos días más tarde.
La Bolsa china dio el pistoletazo de salida a un crash en las cotizaciones que se ha sentido, especialmente, en Occidente. La ausencia de referencias de los bancos centrales se ha convertido en gasolina para el movimiento bajista. ¿Ha sido un guión predecible? La calma ha llegado de la mano de las autoridades monetarias, verdaderos motores de los mercados desde que estalló la crisis de 2008.