El Juzgado de lo Mercantil número 10 de Madrid ha adjudicado 8,2 millones de acciones de Zinkia, que representan el 33% de su capital, a Miguel Valladares, que se convierte así en el primer accionista de la productora de Pocoyó, con un 44,5%, según el auto al que ha tenido acceso Europa Press. Adicionalmente, el empresario mexicano tiene también prenda sobre otro 12%, con lo que elevaría su control al 56% del capital de la compañía, supuesto que le obliga a lanzar una OPA.
En concreto, esta adjudicación estaba pendiente desde el pasado 2 de enero, fecha en la que concluyó la subasta de ejecución de bienes de Jomaca 98, por la que las acciones pasan a ser propiedad de Miguel Valladares, tras no haberse presentado ningún postor que efectuara puja alguna por este paquete de acciones.
La caída de Castillejo
Los accionistas han explicado en un comunicado que este cambio en el accionariado permitirá que en la junta general prevista para el 14 de junio Valladares se haga con el 44,5% del capital y de los votos, lo que le permitirá pedir la destitución del presidente, José María Castillejo, y del actual consejo de administración. Valladares, que hasta ahora contaba con una participación del 11,2% y que es titular de un crédito que adquirió a Bankia, pretende con esta medida paralizar la autorización para la puesta en marcha de una sociedad filial en Panamá por segundo año consecutivo.
Zinkia salió del concurso de acreedores en septiembre pasado y comenzó a resolverse la guerra que mantenían los dos principales socios de la empresa, antes amigos, luego enemigos acérrimos. La suspensión de pagos produjo una profunda crisis con el resto de miembros de su consejo de administración, que acabó con la salida de Alejandro Ballestero y Juan José Güemes, exdiputados del PP y afines a Castillejo hasta que comenzó la crisis empresarial.
En ese momento comenzó una guerra cuyo desenlace está resolviéndose justo ahora. Se trata del pulso que enfrenta al mayor accionista (con el 64%) y el segundo socio, con el 11%. Se trata del mexicano Miguel Valladares, dueño del grupo de medios Mival (Pulso, Sinembargo,mx…) y miembro de una fortuna familiar fraguada en la siderurgia (Aceros San Luis), las telecomunicaciones y en la política mexicana.
Valladares, segundo socio de la empresa, ha sido prestamista del propio Castillejo, cuyas cuentas personales entraron en crisis. El empresario azteca vio esa debilidad y reforzó su posición acreedora sobre el presidente de Zinkia con la compra de un crédito de 16 millones a Bankia por apenas 3 millones.
La garantía ese préstamo eran las propias acciones de Zinkia. Con ese derecho en la mano, Valladares pretende ejecutar la participación de Castillejo y tomar el control accionarial: podría alcanzar más del 60% de Zinkia. La guerra de accionistas está a punto de reanudarse en el terreno judicial. Por el camino, Zinkia, la empresa que inauguró el MAB en 2009, puede volver a cotizar tras su concurso.