Los efectos del ‘brexit’ -la desconexión de Reino Unido de la Unión Europea- comienzan a extenderse sobre múltiples sectores debido a la fuerte depreciación de la libra frente a dólar y euro. Pero uno de los negocios más dañados es el tráfico de pasajeros en avión, sobre el que se ciernen nubarrones para este mismo año. IAG, el grupo de aerolíneas formado a partir de la fusión entre British Airways (BA) e Iberia y del que también forman parte Vueling o Aer Lingus, se ha situado en el punto de mira de los mercados.
“Una de las consecuencias negativas del ‘brexit’ es el menor tráfico ‘premium’ (más caro y de mayor margen) que se espera. Creemos que se va a producir un descenso del 10% sobre el tráfico premium durante doce meses a partir del cuatro trimestre debido a la alta exposición de BA al sector de servicios financieros y banca”, explican Andrew Light, analistas del banco estadounidense Citi especializado en aerolíneas.
Según sus previsiones, los vuelos vinculados a la City -sobrenombre que recibe el área financiera de Londres- suponen un tercio del negocio de la aerolínea que lideró la fusión con Iberia y que también terminó integrando a la ‘low cost’ española Vueling, así como a la irlandesa Aer Lingus. “El tráfico ‘premium’ se encuentra en máximos históricos después de crecer un 40% desde 2010 y un 5% sólo en el último año”, apunta en su análisis. Citi compara la situación actual para BA con acontecimientos históricos para el sector como el 11-S (2001), la quiebra de Lehman Brothers (2008) o, incluso, con la guerra de Irak (2003), que provocaron descensos en el tráfico aéreo del 15%, 14% y 7%, respectivamente.
IAG, en mínimos desde 2014
Literalmente, los inversores han huido de su acción, que acumula un derrumbe del 40% en sólo dos sesiones, más que en atentados terroristas que afectaron directamente a su actividad como París (octubre de 2015) y Bruselas (marzo de 2016). La compañía de bandera británica y española ha perdido 6.000 millones de euros en bolsa, pasando de más de 14.000 a 8.000 millones de capitalización.
Para IAG, el golpe que está sufriendo con el ‘brexit’ le ha llevado a mínimos desde el otoño de 2014. La depreciación de la libra del 10% desde el jueves hasta niveles no vistos desde mediados de los años 80 está provocando un auténtico terremoto sobre las cuentas de la compañía. De Reino Unido y en libras se genera el 36% de su negocio global, que se eleva por encima de los 21.000 millones de euros anuales. España, en euros, apenas supone el 15% de todo el grupo.
Por este motivo, IAG tardó pocas horas en lanzar un ‘profit warning’ -advertencia de rebaja de beneficios-. “Tras el resultado del referéndum en Reino Unido, y dada la actual volatilidad en el mercado, aunque continúa esperando un incremento significativo en el beneficio de las operaciones para este año, ya no se prevé generar un incremento absoluto en el beneficio de las operaciones similar al registrado en 2015", dijo en un comunicado a la CNMV.
En esta misma línea se han posicionado otras competidoras que operan entre las islas británicas y el continente como Easyjet. Ha sido este mismo lunes y sus acciones se han derrumbado un 22%. La compañía de bandera británica apunta los mismos motivos que IAG y describe unos niveles de “incertidumbre extrema” para lo que resta de 2016.
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