El golpe de Estado fallido en Turquía ha puesto en alerta la recuperación que el sector bancario y, más concretamente el BBVA, experimenta después de la caída del brexit. La preocupación de la entidad española por Turquía se debe a que es el principal accionista del primer banco del país por capitalización bursátil y el segundo en activos. Su participación en Garanti es lo que está provocando que, tras lo ocurrido el pasado viernes, la entidad española se haya dejado un 2,8% en bolsa este lunes en el Ibex 35, convirtiéndose en el peor valor de la sesión.
La filial turca representa un 10% del negocio de BBVA, por lo que, a priori, no supone una gran preocupación para los inversores. La entidad española ha apostado claramente por este mercado tras la última ampliación que el banco que preside Francisco González realizó sobre Garanti en el tercer trimestre de 2015, por un valor de 1.854 millones.
El banco español posee en la actualidad un 39,9% del banco turco siendo, de este modo, la empresa española con mayor inversión en el país turco. BBVA aterrizó en Turquía después de que en noviembre de 2010 formalizara la compra del 24,89% de la entidad por un precio de 4.195 millones de euros.
Una apuesta a "largo plazo"
Francisco González siempre ha expresado la apuesta de la entidad que dirige por Turquía, pese a lo que ha penalizado la incorporación de este banco a las cuentas del grupo, y ha reiterado que “hay que enmarcarla en una operación estratégica de largo plazo”. La actualización del precio de Garanti (al valor del 14,9% que compró en el tercer trimestre de 2015) supuso un impacto negativo de 1.840 millones de euros, lo que ha condicionado toda la cuenta de resultados de la entidad.
Los créditos en lira turca son el principal motor de la entidad, motivo que ha provocado la caída de la entidad en bolsa por la rápida depreciación de la moneda del país el pasado viernes, aunque parece que ya recupera los valores previos al golpe. No obstante, el volumen de negocio de la compañía española reside principalmente en México, Estado Unidos y España aunque, según un informe de Deutsche Bank, el BBVA y UniCredit son las entidades más expuestas a ser afectadas por la convulsión política que vive el país presidido por Erdogan.
Crisis financiera
El sector financiero turco esá sufriendo las consecuencias del intento de golpe de Estado fallido. La actividad del banco islámico turco Bank Asya, vinculado al movimiento 'Hizmet' liderado por el clérigo turco Fetulá Gulen, ha sido "temporalmente suspendida" este lunes por el Fondo de Garantía de Depósitos y Ahorros de Turquía, según confirmó la institución.
La decisión de suspender la actividad de Bank Asya se produce después de que el pasado viernes no pudiera llevarse a cabo la subasta de la entidad ante la ausencia de ofertas.
Considerado como un elemento clave en la financiación de las actividades de 'Hizmet', la situación de Bank Asya se deterioró significativamente a raíz de las investigaciones del Gobierno turco sobre esta organización.
El clérigo turco Fetulá Gulen, al que el Gobierno turco ha vinculado con el golpe de Estado del pasado viernes, se convirtió en un enemigo político del presidente, Recep Tayyip Erdogan, despúes de que en 2013 salieran a la luz una serie de casos de corrupción en el círculo más íntimo del presidente y que supuestamente fueron revelados por simpatizantes de Gulen.