Poco antes del cierre de la sesión, el barril de crudo West Texas (WTI) con entrega en un mes, la referencia del precio en EEUU, cae un 1,2%, hasta 39,6 dólares, presionado por las expectativas de sobreoferta de petróleo que sigue dominando al mercado.
Desde mediados de 2014, la cotización del petróleo se ha derrumbado más del 70%, de más de 110 a menos de 30 dólares. Desde los mínimos del pasado 20 de enero, el Brent llegó a dispararse más del 50% hasta rozar los 50 dólares, camino similar al que registró el West Texas americano, la referencia del crudo en EEUU.
Hace un par de meses, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) decidió mantener sin cambios su política de petróleo: no habrá techo a la producción. El cártel anticipó una caída de la extracción del resto de países por la baja inversión.
El pulso entre Arabia e Irán puede acentuar la silenciosa batalla preexistente en los mercados de crudo por bombear y vender más que nadie ante la caída de precios. De hecho, los saudíes anunciaron que suministrarán petróleo a Europa con descuento en un momento en el que Irán está reestableciendo relaciones diplomáticas con Occidente. Pero, ¿por qué buscan vender más barato si son los que productores?
El objetivo principal de Arabia Saudí, Irak, Emiratos o Kuwait es tumbar los precios para combatir a la competencia que encabezan el crudo no convencional de EEUU (fracking) y países como Brasil o Venezuela con grandes nuevos yacimientos de 'oro negro', aunque difíciles y caros de extraer. También Rusia o Noruega, que necesita precios más altos para mantener la rentabilidad de sus pozos de extracción.