"Tenemos un problema, que es el rating de España en comparación con otros países como es el caso de Alemania", ha afirmado el ministro durante su respuesta a una interpelación de Ciudadanos en el Congreso.
Las principales agencias de calificación de riesgo (Standard & Poors, Fitch y Moodys) puntúan a España con notas que están entre el aprobado medio y el aprobado alto, lo que contrasta con la matrícula de honor que otorgan a Alemania.
Esta situación será tenida en cuenta por algunas empresas que están pensando en reubicarse en otros países europeos tras el "brexit", "porque evidentemente tienen clientes y eso es una cuestión fundamental", ha dicho De Guindos, que espera que las agencias de calificación "vayan reflejando lo que es la realidad de la percepción de los mercados en relación con la solvencia financiera de nuestro país".
Frente al factor desfavorable que supone la calificación, De Guindos ha destacado factores que juegan a favor de España como son el contar con una economía en crecimiento, una regulación poco restrictiva, una legislación laboral competitiva, un régimen fiscal para impatriados atractivo o unos buenos servicios públicos, entre otras muchas cosas.
El ministro ha explicado que para analizar las posibilidades de España en este terreno se ha creado un grupo de trabajo específico formado por el Tesoro, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y el Banco de España.
La CNMV también ha puesto en marcha un programa para conseguir que España sea la opción más atractiva, que incluye una mayor agilidad en los procedimientos, la aceptación de documentación presentada a otras autoridades sin requerir traducción, la utilización de formularios estandarizados en inglés o la apertura de una ventanilla única.
"Para poder hacer todo esto necesitamos reforzar los medios de la CNMV y el Gobierno está comprometido con ello", ha añadido De Guindos.
En opinión del ministro no se va a producir "un cambio en bloque de muchas de estas empresas de la City londinense hacia otra ciudad", pero cree que habrá una dispersión que en algún caso podría favorecer a España, además de la reubicación de la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés) y de la Agencia Europea del Medicamento (EMA).