Las bolsas contienen el aliento a la espera de las reuniones del BCE y la Reserva Federal. Hoy, Mario Draghi mantendrá previsiblemente sus estímulos; mientras que el jueves de la próxima semana la Fed posiblemente anunciará una subida de tipos de un cuarto de punto, siguiendo la estrategia de Janet Yellen de normalizar poco a poco su política monetaria. Pero en unos pocos meses, ambas instituciones podrían quitarse el guante de seda.

En los últimos años, los partidarios de las medidas expansivas (apodados como palomas), han contado con una cómoda mayoría en los consejos de estos dos bancos centrales. Sin embargo, la línea dura (apodados como halcones) está a un paso de hacerse con el control.

El primer banco central que corre peligro de caer en las garras de los halcones es la Reserva Federal. El Consejo de Gobernadores, que se reúne ocho veces al año para decidir la dirección de las políticas monetarias, cuenta con siete asientos, de los cuales dos están actualmente vacíos. Recientemente, Daniel K. Tarullo anunció su renuncia, que se hará efectiva en abril, dejando una tercera vacante. Además, la actual presidenta, Janet Yellen, dejará su cargo en febrero de 2018 y, si bien no está obligada a abandonar el consejo hasta 2024, a sus 70 años la opción más probable es que abandone la Fed. De hecho, la mayoría de los gobernadores no suelen finalizar sus 14 años de mandato.

En este escenario, Donald Trump tendría la posibilidad de nombrar en menos de un año a cuatro de los siete miembros del Consejo de Gobernadores. Los expertos dan por sentado que los candidatos elegidos serían halcones, un perfil más afín al partido republicano, que controla las dos cámaras del Congreso. Pero dadas las incoherencias del 45º presidente de EEUU, no está claro si la nueva Fed aceleraría el ritmo de las subidas de tipos. Y es que, aunque Trump criticó durante la campaña la cautela del banco central, también quiere frenar el avance del dólar, que se fortalecería con una política monetaria demasiado agresiva.

UNA TENSA TREGUA EN EL BCE

En Europa la situación es diferente, ya que los miembros del Consejo del BCE son representantes de los Estados miembros y, por lo tanto, no existe el riesgo de súbitos cambios en el equilibrio de poder por un simple revés electoral. Actualmente, las palomas tienen una amplia y cómoda mayoría, ya que Mario Draghi y otros nueve consejeros son partidarios de mantener los estímulos, frente a tan solo tres halcones.

El problema, según Renta 4, es que casi la mitad del consejo está compuesto por indecisos y neutrales, que contemplan con recelos el avance de la inflación. El IPC medio de la eurozona alcanzó en febrero el 2%, el objetivo fijado por el BCE. Una vez disipada la sombra de la deflación, Draghi afronta crecientes presiones por parte de los países del norte de Europa (especialmente Alemania) para retirar los estímulos.

De momento, nada apunta a que el BCE vaya a cambiar su estrategia. El banco central aún tiene presente el error garrafal que cometió Trichet en 2011, cuando decidió ir contracorriente y elevar los tipos de interés en plena crisis, para contener el aumento de la inflación. Pero esta medida resulto prematura, ya que el IPC había subido tan solo por el encarecimiento puntual de los precios de la energía y a los pocos meses acabó moderándose. La institución se vio forzada a dar marcha atrás y reconocer públicamente su error.

Anna Stupnytska, economista global de Fidelity International, señala que a pesar de las presiones por parte de Alemania, el crecimiento en el conjunto de la eurozona aún es débil y ¿la inflación subyacente sigue enraizada en niveles bajos, ofreciendo una justificación al posicionamiento de Draghi¿. Por ello, la experta prevé que el BCE no anuncie ningún cambio en su política en su reunión de hoy y, en todo caso se produzca ¿algún debate sobre la posibilidad de normalizar los tipos de depósito negativos¿.

No obstante, Stupnytska descarta ningún giro en la política monetaria antes del segundo semestre, en vista de las elevadas incertidumbres políticas, entre ellas las negociaciones sobre el brexit. ¿La fuerte agenda política, con las elecciones holandesas este mes y las presidenciales francesas entre finales de abril y primeros de mayo harán que Draghi sea muy cauteloso por ahora".

Los analistas de BofAML también prevén que ¿la tregua entre halcones y palomas¿ se prolongue durante los próximos meses, y descartan que se tome ninguna decisión antes del verano. Pero la situación podría cambiar en la segunda mitad del año si el crecimiento de la inflación supera las previsiones.

En el bloque de los indecisos, cuatro representantes simpatizan con los halcones y otros cuatro (Letonia, Austria, Finlandia y Luxemburgo) tienen una postura más afín a la de Alemania que a la de los países del sur de Europa. En este escenario, las presiones internas podrían forzar la mano de Draghi a lo largo de este año.