Las bolsas europeas prolongaron sus avances hacia máximos anuales. Tras el discurso de Draghi -que en la víspera se mostró moderadamente optimista pero descartó retiradas de estímulos- las miradas se volvieron hacia EEUU, donde el dato de empleo de febrero batió todas las previsiones (235.000 nuevos puestos de trabajo vs 190.000 esperados). El mercado interpretó estas cifras como una señal de que la Fed tiene vía libre para subir tipos la próxima semana.
Las perspectivas de una nueva subida del precio del dinero impulsaron a la banca, un sector con un elevado peso en las principales plazas europeas. El rebote de las materias primas también arrastró a petroleras y siderúrgicas. Pero esto no bastó para que los principales índices del continente batieran sus barreras psicológicas. El Dax 30 alemán retrocedió ligeramente y se quedó a las puertas de los 12.000 puntos; el Cac 40 francés rozó los 5.000 puntos y el FTSE 100 tampoco pudo asaltar sus últimos récords. Solo el Ibex 35 fue capaz de romper resistencias, tras subir un tímido 0,08%, hasta los 10.006 puntos.
Los inversores optaron por la cautela con la vista puesta en el próximo miércoles 15, un día en el que se conocerá el veredicto de la Reserva Federal y el resultado de las elecciones en Holanda.
El selectivo contó con el respaldo de Repsol (2,49%), que en la víspera había anunciado el mayor hallazgo petrolífero de los últimos 30 años en EEUU. En concreto, la petrolera ha descubierto en Alaska yacimientos con una capacidad estimada de 1.200 millones de barriles. El avance de Repsol arrastró consigo a dos de sus principales accionistas, Caixabank (3,92%) y Sacyr (0,94%).
Sin embargo, el gran protagonista de la jornada fue un día más la banca. El Popular registró las mayores alzas tras dispararse un 5,24% y salir de pérdidas anuales. Por su parte, Bankia (2,71%) superó la barrera del euro por acción; mientras que BBVA (0,16%) llegó a superar puntualmente los siete euros, por primera vez desde 2015. Sabadell (2,4%), Bankinter (0,46%) y Santander (0,31%) también cerraron en rojo.
En cambio, IAG corrigió sus avances de la víspera, pese al descenso del precio del crudo, que retrocedió un 0,56%, hasta los 51,90 dólares. El mercado mira con preocupación los elevados niveles de inventarios petrolíferos en EEUU, ya que están contrarrestando los efectos de los últimos recortes de producción aplicados por la OPEP.
En el mercado continuo, Prosegur se disparó un 5,5%, ante los rumores de que George Soros estaría interesado en invertir en la OPV de su filial de gestión de efectivo, Prosegur Cash.
El optimismo en renta variable pasó factura a la renta fija, un tradicional activo defensivo, que este año se está viendo penalizado además por la incertidumbre política y las perspectivas de subidas de tipos. Así, la rentabilidad del bono español a 10 años escaló hasta el 1,88%, aunque la prima de riesgo se mantuvo estable en torno a los 140 puntos básicos.