Por Ann Saphir y Lindsay Dunsmuir
Prácticamente todo el mundo espera que el miércoles la Fed aumente sus tipos de interés de referencia, una medida que hasta hace un par de semanas los mercados consideraban poco probable.
Ante las señales de que la inflación está repuntando, los miembros del banco central estadounidense podrían sugerir, luego de su reunión de política monetaria de dos días, la posibilidad de que este año habrá más que las tres alzas en los tipos de interés que han estimado para el 2017.
"No tienen mucho margen para ser pacientes como fueron antes", dijo Tim Duy, profesor de Economía de la Universidad de Oregón, quien prevé que los integrantes de la Fed esta semana subirán sus proyecciones sobre el precio del dinero.
Los miembros del banco central tienen los ojos puestos en lograr los objetivos de pleno empleo y 2 por ciento de inflación. Cuanto más rápido la economía se acerque a esas metas, más rápido la Fed querrá ajustar la política para evitar quedar detrás de la curva, agregó Duy.
La economía parece más cerca de sus metas de lo que había proyectado la Reserva Federal en diciembre, la última vez que emitió pronósticos. La tasa de desempleo, en 4,7 por ciento, está por debajo de la norma prevista a largo plazo, y la inflación, en 1,7 por ciento, ya se ubica en el rango que el banco central esperaba para fin del 2017.
En momentos en que la Fed se prepara para su segundo aumento de tipos en tres meses, hay señales de mayor inflación a nivel global, el dólar presiona menos a la baja los precios en Estados Unidos, las expectativas inflacionarias locales repuntaron y el informe de empleo del viernes mostró que los salarios subieron un 2,8 por ciento interanual en febrero.
La medida de inflación preferida por el banco central, el llamado índice de precios subyacente PCE, registró en enero su mayor incremento mensual en cinco años y subió 1,7 por ciento interanual luego de un avance similar en diciembre.
Por eso, a la mayoría de los integrantes de la Fed esos datos les dan la confianza suficiente para creer que la inflación finalmente alcanzará la meta, tras varios años de incumplimiento.