S&P prevé que el crecimiento de la economía lusa se acelere hasta el 1,6% este año, desde el 1,4% de 2016, para ralentizarse ligeramente en 2018, 2019 y 2020, hasta el 1,5%.
"Los rating de Portugal se sustentan en el proceso de consolidación presupuestaria, en las mejoras en el perfil de vencimientos de deuda del Gobierno y en la política monetaria acomodaticia del Banco Central Europeo (BCE)", destaca la calificadora.
No obstante, entre las principales debilidades de la economía de Portugal, S&P subraya los niveles de deuda pública y privada "muy elevados" y la "fragilidad" del sistema bancario, que "dificulta" la transmisión de los avances en política monetaria.
"Los grandes bancos todavía tienen problemas importantes que deben resolverse o están implementado cambios importantes", recuerda S&P sobre el sistema financiero luso, que posee créditos improductivos por importe de 36.180 millones de euros, el 19,82% del total, según los datos del BCE a fecha del pasado 30 de septiembre.
Entre las principales agencias de calificación, la canadiense DBRS es la única que mantiene la nota de solvencia de Portugal en 'grado de inversión', condición que permite a Portugal seguir beneficiándose del programa de compras del instituto emisor.