Las plazas europeas cerraron el viernes con la misma tónica de las últimas jornadas: indefinición a la espera de saber si el 45º presidente de EEUU es capaz de cumplir sus promesas electorales. Tras una primera mitad de semana marcada por las recogidas de beneficios, los mercados habían comenzado a recobrar el impulso con la vista puesta en EEUU, donde el jueves el Congreso debía someter a votación la nueva reforma sanitaria. Pero las dudas volvieron a imponerse tras el aplazamiento de esta votación.
Donald Trump no logró obtener los apoyos necesarios dentro de su propio partido ¿que gobierna las dos Cámaras- para aprobar la reforma sanitaria que derogará el Obamacare. La falta de consenso forzó a aplazar la votación hasta la noche del viernes (según el horario español). El mercado mira con preocupación este revés político, no tanto por la reforma en sí, como por lo que representa: un fracaso pondría en duda la capacidad de Trump para sacar adelante su reforma fiscal y su plan de infraestructuras. Y fueron precisamente estas promesas electorales las que han alimentado el rally de Wall Street.
El resultado de la nueva votación del viernes no afectará a los mercados hasta el próximo lunes. En el plano político, los inversores también estarán pendientes el miércoles de la activación del artículo 50 del Tratado de Lisboa, que marca el inicio oficial de las negociaciones de la salida de Reino Unido de la UE. Los analistas políticos estiman que este proceso podría prolongarse durante dos años.
Ante las incertidumbres políticas, las bolsas encontraron cierto consuelo en la economía. En concreto, en el índice PMI compuesto de la eurozona, que batió previsiones tras alcanzar los 56,7, frente a los 55,8 previstos. Al otro lado del Atlántico, los pedidos de bienes duraderos se ralentizaron menos de lo esperado, con un crecimiento del 1,7%.
El petróleo, otro factor que el mercado ha vigilado durante los últimos días, concedió una tregua a los inversores. Así, el precio del barril de brent subía un 0,22% al cierre de las bolsas europeas, hasta los 50,6 dólares. El crudo ha sufrido en las últimas jornadas por las dudas sobre la capacidad de la OPEP para estabilizar oferta y demanda, en vista de los elevados inventarios y la mayor producción de EEUU.
Sin más referencias con las que guiarse y a la espera del veredicto del congreso estadounidense, las bolsas europeas se movieron sin una dirección clara y cerraron con tendencias mixtas. Así, el EuroStoxx 50 bajó un 0,2%, mientras que el Dax 30 avanzó un 0,2%. Por su parte, el Ibex 35 retrocedió un 0,15%, aunque logró salvar a duras penas los 10.300 puntos (10.309,40), gracias a la buena evolución de los valores defensivos. Los analistas técnicos fijan el soporte del índice en torno a los 10.250-10.300 y su próxima resistencia, en torno a los 10.600 puntos.
Pese a las últimas recogidas de beneficios, el índice cerró la semana con una subida del 0,62%. Desde M&G Valores AV destacan que las correcciones "podrían prolongarse algún tiempo en próximas semanas, bien en forma de movimiento lateral o bien por medio de algún episodio de volatilidad de mayor intensidad y menor duración". No obstante, creen que "se trataría de una simple pausa dentro de una tendencia alcista ", que podría prolongarse hasta 2018.
Dentro del Ibex 35, el grupo farmacéutico Grifols (+2,31%) registró las mayores subidas, con el apoyo del banco francés BNP Paribas, que elevó sus previsiones. Gamesa (-1,24%) no logró evitar los números rojos, después de que los analistas de JP Morgan fijaran su precio objetivo en 21,68 euros, un nivel que no concede potencial alcista alguno a los títulos del fabricante de aerogeneradores.
Entre los valores más castigados también destacó Repsol (-1,27%). La petrolera se ha visto afectada en las últimas sesiones por la volatilidad del precio del crudo. Las otras dos grandes empresas ligadas a las materias primas, ArcelorMittal (-0,76%) y Acerinox (-0,26%) también sufrieron recogidas de beneficios.
En el mercado continuo, el gran protagonista volvió a ser Abengoa, cuyos títulos A se dispararon casi un 30%. En la última semana, esta clase de acciones ha acumulado una revalorización del 126%, al calor de las últimas desinversiones y ante las esperanzas de que una importante inyección de liquidez que pondría fin al proceso de rescate del grupo de ingeniería.
La prima de riesgo española descendió hasta los 128 puntos básicos, con la rentabilidad del bono español a 10 años en el 1,68%. Por su parte, el euro recuperó los 1,08 dólares, gracias al buen tono del índice PMI.