Los flujos de entrada de capital en estos activos no deja lugar a dudas: los inversores más avezados se están preparando para el cambio de escenario. Una gran rotación de carteras ha comenzado a gestarse desde EEUU, donde las voces en el seno de la Reserva Federal discrepan en torno a cuál debería ser el ritmo de subidas en el precio oficial del dólar. Los fondos cotizados que ofrecen cobertura frente a los movimientos por los que opte el organismo que lidera Janet Yellen están en el disparadero de muchos. Precisamente, algunos ETF se han convertido en la punta de lanza de este cambio de guión en las preferencias de inversión. El Sit Rising Rate es uno de los destinos de preferencia del dinero que sale de otros activos. Solo en la última semana ha registrado entradas netas por 1,2 millones de dólares, según datos recopilados por el portal especializado ETF.com. De esta forma, el total de activos del fondo cotizado ha alcanzado la cifra de 17,7 millones, una cota insólita desde hace largos meses. Las premisas de este vehículo son sencillas: invertir en una cesta de contratos de futuros negociados en Bolsa y opciones sobre futuros de bonos a dos, cinco y diez años del Tesoro estadounidense mediante posiciones cortas para ganar con la subida de tipos, que siempre implica una automática caída de precios en los papeles de renta fija. Unas proclamas que se repiten en el caso del Fidelity Dividend ETF for Rising Rates y el PowerShares S&P 500 ex-Rate Sensitive Low Volatility Portfolio, que también han registrado unas insólitas entradas de capital en las últimas semanas. A tenor de este vuelco de carteras, son varias las casas de inversión que han querido aprovechar la coyuntura para incrementar negocio al crear nuevos productos que respondan a una necesidad que hasta hace poco se esperaba no tan cercana. Tal es el caso de la francesa Amundi, que ha lanzado un nuevo fondo cotizado sobre bonos a tipo flotante -cuya evolución está ligada a la de los tipos oficiales- denominados en dólares estadounidenses y que además ofrece cobertura en el cambio de divisa desde el euro. En este caso, el Floating Rate USD Corporate Ucits replica el índice Markit iBoxx USD Liquid FRN Investment Grade Corporates 1002, un indicador creado para la formulación de derivados de inversión que proporciona exposición al mercado de bonos flotantes corporativos con grado de inversión denominados en moneda estadounidense emitidos en países desarrollados mediante una cesta de entre 40 y 100 emisiones diferentes. La encargada de la división ETF de la casa francesa, Fannie Wurtz, ha defendido la conveniencia del lanzamiento de este producto precisamente para ¿apoyar a los clientes en cualquier condición de mercado¿.
Estrategias de inversión a prueba de retrasos en la reforma fiscal de Trump
A la caza de rendimientos a la inversión en renta fija, en un entorno en el que los síntomas conducentes hacia la subida de tipos no hacen más que resultar más evidentes, la acogida ha sido tan calurosa como al otro lado del Atlántico. El fondo ha nacido con más de 1.000 millones de dólares en activos bajo gestión, según datos ofrecidos por la propia gestora. Los gastos corrientes de este vehículo están fijados en el 0,18%, mientras que si se escoge la modalidad a prueba de tipos de cambio se elevan al 0,20%. Desde la firma española Gesconsult, también se apunta hacia los bonos flotantes como una de las opciones más pertinentes para ¿navegar¿ el río revuelto en el que se va convirtiendo la inversión en renta fija. David Ardura, subdirector de gestión de la institución explica que los niveles de las curvas de deuda pública europea siguen estando ¿extraordinariamente bajos¿ frente a lo que indica el escenario macro. Una brecha que, en su opinión, ¿debería tender a corregirse a lo largo de 2017¿. Más allá de la inversión en papeles de deuda a corto vencimiento, que favorecen un menor riesgo de exposición a eventuales cambios en política monetaria, Ardura subraya que ¿los bonos flotantes y las coberturas sobre el bono alemán nos darán beneficios si se mantiene la tendencia alcista de los tipos¿ que acaba de entrar en una de sus fases más decisivas y definitorias. Advierte a los inversores de este mercado que deberán ¿volver a controlar de manera muy cercana los niveles de riesgo¿ de los fondos por los que apuesten y que habrán de ser ¿muy flexibles para adaptar la gestión a los diferentes escenarios que, sin duda, veremos a lo largo de 2017¿, explica. Un factor más podría sumar turbulencias a la evolución del mercado global de bonos. Más allá de la eterna amenaza de la estabilidad de la Eurozona, el galopante endeudamiento de algunas economías emergentes y el ritmo económico de China, la tensión política reinante en EEUU es un factor a no perder de vista, como recuerda Markus Allenspach, jefe de análisis de renta fija en Julius Baer. El hecho de que ¿para la decepción de muchos observadores¿, la administración de Donald Trump haya dado prioridad al debate sobre las normas de asistencia sanitaria conocidas como `Obamacare¿ sobre su predicada reforma fiscal supone un importante punto de fricción tanto con sus opositores como con ciertos núcleos de sus propios compañeros republicanos. ¿Una vez que la situación política se aclare¿, la apuesta del banco de inversión suizo es por el aumento de los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense. Sin embargo, mientras que se aclare si el paquete de estímulos podrá debatirse en el Congreso antes del receso parlamentario de agosto, su consejo es mantenerse alerta para establecer las coberturas necesarias en cada caso.