La inflación y el BCE han colocado en una situación delicada al ahorrador más tradicional. A lo largo de este año van a vencer depósitos por un valor cercano a los 260.000 millones de euros y solo existen dos opciones. La primera es reinvertir el capital al 0% y ver dañado el patrimonio por efecto del IPC, que ronda el 3%. La segunda es entrar en fondos o dar el salto a la bolsa, que ofrecen una volatilidad y riesgo que muchos no están dispuestos a asumir. En este escenario, los bancos y gestoras han visto una oportunidad de negocio, adaptando su oferta de productos para captar a quienes no se atreven a dar el primer paso para convertirse en inversores.
El éxodo desde los depósitos hacia los fondos ya comenzó a producirse el pasado año, precisamente como protección contra la inflación. Los propios bancos también se han encargado de colocar estos productos a través de su red de oficinas, ya que les permiten cobrar comisiones, fidelizar al cliente y dar una mejor imagen en los test de estrés, ya que a diferencia de los depósitos están fuera de balance. De hecho, el patrimonio invertido en fondos de inversión alcanzó la cifra récord de 240.622 millones a cierre de 2016, últimos datos disponibles de Inverco.
EL AUGE DE LOS GARANTIZADOS
No obstante, las entidades están tratando de acelerar este proceso, con el lanzamiento de fondos con el riesgo cubierto o que se asemejan a los depósitos. El ejemplo más claro es el de los garantizados, que el pasado año volvieron a ponerse de moda ante el auge del populismo y la feroz volatilidad en los mercados. Como su propio nombre indica, estos productos garantizan que el partícipe recuperará todo o gran parte del capital inicial; y en algunos casos incluso prometen una rentabilidad mínima.
Numerosos bancos han recurrido a este sistema para captar al ahorrador más tradicional, reacio a poner en riesgo su dinero. De hecho, de los 360 fondos de esta categoría que figuran en Morningstar, más de 80 tienen menos de un año de vida.
Algunas firmas han ido un paso más allá, ofreciendo productos innovadores, referenciados a índices, para mejorar los blindajes del inversor. Por ejemplo, este año Sabadell AM lanzó el primero garantizado español ligado a la inflación de la zona euro, Sabadell Garantía Extra 27. Por su parte, Bankia y Liberbank han puesto en marcha sendos fondos referenciados al Euribor; mientras que Bankinter ha comercializado uno ligado al EuroStoxx 50.
Pero a la hora de invertir no existe nada que sea `libre de riesgo¿. En el caso de los garantizados, existen dos supuestos en los que el partícipe podría acabar perdiendo dinero o al menos ver reducidas sus ganancias al entorno del 0%. El primero de ellos y más obvio es que el ahorrador decida rescatar su dinero antes del vencimiento, en cuyo caso no se aplicaría la garantía. La propia CNMV advirtió a comienzos de año que ¿los partícipes pueden estar asumiendo un elevado riesgo de sufrir pérdidas significativas cuando reembolsen antes del vencimiento¿.
El segundo caso es que los gastos acaben devorando la rentabilidad obtenida con el fondo. Los garantizados invierten en renta fija, que ofrece bajos retornos en un entorno de políticas monetarias expansivas; pero asumen elevados costes de cobertura para cubrir al partícipe, por lo que las comisiones de gestión pueden llegar a superar el 3%.
PRODUCTOS INNOVADORES
No obstante, algunas gestoras están optando por una vía alternativa para seducir al ahorrador tradicional. El mercado está viendo el nacimiento de productos innovadores -con características similares a la de los garantizados o los depósitos- destinados específicamente a quienes temen dar el primer paso para convertirse en inversores.
Uno de los más destacados es Abante 80% Protección Creciente, un fondo multiactivos (50% en bolsa, 45% en deuda y 5% en liquidez) con formato de sicav, que blinda gran parte del capital invertido. En concreto, la gestora se compromete a cubrir el 80% del valor máximo alcanzado. Es decir, conforme crezca el patrimonio del fondo, el partícipe podría ver garantizado el 85%, el 90% o incluso el 100% de su inversión inicial. La filosofía de este vehículo es que el cliente se anime a invertir en activos con mayores rentabilidades, pero sin exponerse al riesgo de un desplome bursátil similar al que se produjo tras el brexit, o como los que han sufrido valores como Abengoa, Popular, OHL o FCC.
Este producto ofrece una clara ventaja frente a los garantizados, ya que puede aspirar a obtener mayores retornos con menores comisiones. Sin embargo, el partícipe debe asumir el coste de cobertura y sigue exponiéndose al riesgo de perder hasta un 20% de su capital.
El último de esta línea de productos innovadores es Foncuenta de Renta 4, un híbrido entre fondo y depósito que invierte en renta fija y permite retirar de forma inmediata hasta el 90% del capital. El funcionamiento es sencillo: el cliente se abre una cuenta y, a partir de los 200 euros, el capital depositado pasa a formar parte del volumen patrimonial de Foncuenta. El ahorrador recibirá un retorno, al igual que el partícipe de cualquier otro fondo; pero si quiere retirar su dinero no deberá esperar 48 horas, ya que Renta 4 le hará un anticipo.
Desde la firma reconocen que, si este producto tiene éxito, podrían extender a otros fondos la posibilidad de retirar inmediatamente parte del capital. Tampoco descartan que la competencia siga este camino.