En un análisis titulado 'Los cambios recientes en los plazos de revisión de los tipos de interés en las operaciones nuevas de crédito a la vivienda', la autoridad monetaria destaca que a pesar de que España se encuentra, dentro de la zona euro, en el grupo de países en los que la importancia de la financiación a tipo variable es más elevada, existe actualmente una tendencia hacia un alargamiento de los plazos de revisión de los tipos de interés, que también se observa en la UE.
Desde comienzos de 2010, se observa en España una pérdida de peso de los nuevos préstamos en los que el coste se revisa antes de un año. En una primera etapa, hasta mediados de 2015, se produjo un aumento de la proporción de los créditos con periodos iniciales de fijación del tipo de interés entre uno y cinco años. Con posterioridad, ha comenzado a crecer el segmento de más de cinco años, en el que se incluyen los contratos a tipos fijo.
El Banco de España asegura que la implicación más relevante a más largo plazo del cambio en la estructura del mercado hipotecario es que los costes de financiación de los hogares se hacen menos sensibles a los movimientos en los tipos de interés, limitando de este modo el alcance de los impactos asociados a las decisiones de política monetaria.
No obstante, precisa que dados los dilatados vencimientos de la deuda viva y lo reciente de los cambios en la composición de las nuevas operaciones, su impacto sobre el total de la cartera de créditos es aún muy limitado. Así, en diciembre de 2016, el 96,6% del saldo vivo de préstamos para adquisición de vivienda en España era a tipo variable y el 85,2% utilizaba como referencia el euríbor a doce meses.