Los fondos de inversión en España son el negocio chollo por excelencia. Se trata de captar ahorro ¿cuánto más, mejor- y someterlo anualmente a una comisión del 1,5% ó 2% de media cada año. Con un pequeño grupo de gestores y generando comisiones para los intermediarios de la casa, la rentabilidad es gigantesca. Casi el único inconveniente es captar el dinero¿ pero siendo un banco con muchas sucursales esta dificultad no existe.

Tampoco hay mucha responsabilidad con el cliente. Siempre se puede echar la culpa al mercado en general, a la volatilidad en particular o, finalmente, al cha cha chá, como decía la canción. Mientras, gastos y comisiones van cayendo a la saca y entre que te tranquilizan si las cosas han ido mal y que te ofrecen otro fondo de la casa, los años transcurren plácidamente para la entidad financiera.

En este alargamiento de la permanencia de los partícipes en los fondos también interviene el márketing financiero. Realmente, el inversor no comprende bien los conceptos o estos son directamente una chorrada pero consiguen venderle la misma película (o sea, todo el beneficio para mí y el riesgo para usted) con una carátula distinta. Lo último que he escuchado es los de fondos de estructura abierta. Lo deben de haber cogido de un puente. De risa.

Pero empieza a moverse algo. Los pésimos resultados de los fondos de inversión durante los últimos quince años en cuanto a rentabilidad se refiere, gracias a los trabajos de Pablo Fernández y su equipo y que en INVERTIA reproducimos siempre con mucho gusto, ha puesto a más de uno la cara roja. La conclusión de estos trabajos es clara: los fondos son caros y se gestionan mal. Con palabras muy similares se refirió el gobernador del Banco de España, Luis María Linde, al referirse a los fondos de pensiones que son lo mismo o peor, aunque con diferente fiscalidad.

Por fin, la industria de los fondos está desenmascarada. Aunque tarde respecto a otros países, los fondos indexados están dando guerra bajo el argumento de que replican al mercado a un coste muy bajo. Si lo gestores con sus decisiones lo hacen mucho peor que los mercados, ¿para qué los necesitamos?. Es mejor en vez de pagar a un equipo gestor que lo va a hacer peor que el mercado, dejarlo en manos de la gestión pasiva que lo replique. Ello supone doble ganancia: menos comisiones y mayor acierto en la gestión.

Otro componente de la revolución que vivimos es la aparición de pequeñas gestoras que basan su éxito en datos contrastados de rentabilidad en los últimos años. Este fenómeno también es tardío en España y tal vez tiene en Francisco García Paramés, ex director de inversiones de Bestinver y que se ha presentado con la nueva gestora Cobas y ha ido dejando algunos seguidores que han montado otras gestoras como AzValor. Por fin, el cliente de fondos tiene nueva oferta de gestoras pequeñas que ligan a la excelencia en la gestión su propia supervivencia.

Y, por último, se están creando nuevas formas más económicas de acceder a los fondos de inversión como son las plataformas de fondos. Esta misma semana, Bolsas y Mercados Españoles (BME) anunciaba que en junio sacará una plataforma para comprar, vender y traspasar fondos de inversión. Aquí es obligado hacer números entre los costes de la contratación de estos fondos y el previsible descuento en la gestión del que gozarán estos fondos de inversión contratados. Pero hay otras como publicábamos en Invertia esta misma semana: Siete lugares que no son tu banco para comprar los mejores fondos.

Habrá que ver cómo termina esta renovación en el mundo de los fondos de inversión. Pero apunta bien¿ ir a peor es ya bastante complicado.