Los mercados celebraron con una mezcla de alegría y alivio el resultado de la primera ronda de las elecciones galas, que sitúa al candidato centrista Emmanuel Macron como claro favorito para convertirse en presidente de la República. Disipado el principal temor de los mercados -una Francia en manos de Le Pen- las bolsas europeas se dejaron llevar por la euforia, con subidas de entre el 3% y el 4%. El Ibex 35 se disparó un 3,76% (su mayor subida desde octubre de 2015) y alcanzó los 10.766 puntos, máximos de 20 meses. Todas las empresas del selectivo cerraron en verde.
El principal motor de estos avances fueron los valores cíclicos y, especialmente, el sector bancario. Las entidades del EuroStoxx 50 vieron incrementarse su capitalización bursátil en 45.000 millones de euros durante la jornada. El euro también se contagió del optimismo de la renta variable y alcanzó los 1,09 dólares al cierre de bolsas europeas, tras haber llegado a marcar máximos de cinco meses y medio a lo largo de la sesión.
El descenso de las incertidumbres políticas también se sintió con fuerza en los mercados de renta fija. La prima de riesgo española cayó 18 puntos básicos, hasta los 126 puntos, con la rentabilidad del bono español en el 1,61%.
El mercado volvió a favorecer una vez más a los activos de riesgo, aunque para los analistas de Bankinter, "la cuestión clave es determinar la magnitud y duración del rebote de las bolsas". A priori, las bolsas cuentan con los resultados empresariales como catalizador, ya que esta semana un gran número de gigantes internacionales y casi toda la banca española rendirán cuentas y, de momento, las previsiones son positivas. Los últimos datos macro también respaldaron el optimismo inversor, con el índice IFO de confianza económica alemana en máximos de 2011. Entre las principales referencias económicas de la semana también figura la reunión del BCE, para la que los expertos no prevén novedades.
Sin embargo, desde Bankinter advierten de que dos factores podrían pasar factura en los próximos días a los mercados. La primera de ellas, el último dato de PIB de EEUU, que se publicará el viernes y podría poner en evidencia la dificultad de esta economía para crecer al 2% sin unos estímulos fiscales que no terminan de concretarse. El segundo posible freno para las bolsas son las tensiones en Corea del Norte, que podrían acentuarse en una semana en la que se cumple el aniversario de la fundación de su ejército. Por todo ello, los analistas creen que esta semana las bolsas vivirán "una trayectoria de más a menos, en la que el rebote inicial irá perdiendo vigor".
En cualquier caso, la banca será la gran protagonista de la semana, no solo por el papel que juega desde hace meses como motor de los mercados, sino porque esta semana casi todas las entidades del Ibex y varias del EuroStoxx 50 publicarán sus cuentas. En la jornada de hoy, el sector financiero fue precisamente el gran catalizador de las bolsas.
BBVA (+7,32%) encabezó los avances en la Bolsa española y se quedó a un paso de superar los 50.000 millones de capitalización bursátil. Por su parte, el Santander (+5,82%) conquistó en el último minuto la barrera psicológica de los 6 euros. El Popular también logró salvar la jornada con un alza del 1,63%, aunque fue uno de los peores valores de la sesión, penalizado por Moody¿s, que el pasado viernes rebajó su rating en dos escalones y dejó la puerta abierta a nuevos recortes.
Abertis (+3,29%), una de las compañías del Ibex 35 más expuestas a Francia, fue otro de los protagonistas del día. La empresa anunció su intención de hacerse con el 100% de su filial gala HIT-Sanef, reforzando así su presencia en el país. La acción también se benefició de los rumores de que Atlantia estaría negociando con Credit Suisse un préstamo de 8.000 millones, con el que financiar su opa por la española.
Frente al avance de los valores cíclicos, las empresas de perfil defensivo como las eléctricas se quedaron rezagadas. Endesa (2,16%) sufrió además el castigo de Credit Suisse, que rebajó su recomendación a "neutral".
En el mercado continuo, Talgo subió un 1,63%. La compañía está pujando por un gran pedido de trenes en Reino Unido, cuyo importe supera los 3.200 millones de euros. Por su parte, Abengoa volvió a vivir una jornada de fuerte volatilidad: las acciones B cayeron un 13,33%, mientras que las A bajaron un 6,06%.
El aumento del apetito por el riesgo también pasó factura a otra de las grandes inversiones refugio por excelencia, el oro. El precio de la onza bajaba al cierre de las bolsas europeas un 1,02%, hasta los 1.275 dólares. Otras materias primas como el petróleo también cerraron la sesión a la baja. En concreto, el barril de crudo brent retrocedió un 0,54%, hasta los 51,68 dólares.