Previamente el consejo de gobierno del BCE mantuvo su tasa de interés rectora, la que cobra a los bancos por prestarles a una semana, en el mínimo histórico del 0 %, tras la caída de la inflación hasta el 1,5 % en marzo, una caída mayor de lo previsto, según Draghi.

El presidente de la entidad monetaria subrayó que el consejo de gobierno del BCE no hace política monetaria basada en las elecciones, al ser preguntado por la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Francia.

"Los datos económicos confirman que los datos publicados desde la reunión de comienzos de marzo confirman que la recuperación cíclica de la economía de la zona del euro se vuelve más sólida y que los riesgos a la baja han disminuido más", dijo Draghi.

El consejo de gobierno está de acuerdo de forma unánime, según Draghi, en que los riesgos para las perspectivas de crecimiento económico de la zona del euro, aunque se mueven hacia una configuración más equilibrada, todavía están a la baja y están relacionados predominantemente con factores globales.

El BCE tampoco ve que "la inflación muestre una tendencia alcista convincente".

Draghi reiteró que todavía se necesita un nivel sustancial de expansión monetaria para que suba la inflación a medio plazo.

El presidente del BCE añadió que la caída de la inflación en marzo refleja precios más bajos de la energía y de los alimentos frescos, pero también una bajada en los precios de servicios.

El BCE prevé que la inflación subirá en abril como muestran los precios de los contratos de futuros de petróleo.

Draghi insistió en que la inflación depende de las medidas de expansión monetaria para subir.

El BCE va a adquirir hasta finales de diciembre deuda por valor de 60.000 millones de euros mensuales, pero también ha confirmado que está dispuesto a comprar hasta que vea que la inflación sube de forma sostenida hasta su objetivo.

La entidad monetaria europea tiene como objetivo una tasa de inflación algo por debajo del 2 %. EFECOM

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