La patronal considera que este impuesto "no favorecerá los cambios en los hábitos de consumo" de la gente, tal y como defiende el gobierno catalán, sino que su finalidad es "esencialmente recaudatoria, bajo una apariencia parafiscal".
"Este tributo será soportado por el consumidor, tanto si tiene buenos hábitos alimenticios como si no", asegura la entidad que preside Joaquim Gay de Montellà, que reitera su preocupación por lo que considera "una creatividad desbordada en el diseño de nuevos impuestos" por parte de las diferentes administraciones.
"Y especialmente en Cataluña, comunidad que soporta una fiscalidad para familias y empresas absolutamente desaforada en el contexto español", remarca Foment, que recuerda que esta comunidad dispone de un total de catorce impuestos propios, cifra que "supera con creces" la media de tributos propios aprobados por el resto de regiones.
En este contexto, la principal patronal catalana pide que se reviertan los aumentos impositivos que ha sufrido la ciudadanía de Cataluña y que no se continúe con la inercia de crear sucesivamente nuevos impuestos.