El objetivo de Bruselas es asegurar que, una vez que Reino Unido salga del club comunitario, la UE mantendrá el control sobre estas entidades, que desempeñan un papel cada vez más importante en la gestión de riesgos en el sistema financiero internacional.

Las centrales de contrapartida actúan como intermediarios de las operaciones entre entidades y responden en caso de impago de una de las partes, de forma que la quiebra de una de ellas puede tener consecuencias de envergadura para todo el sistema.

El 75 % de actividades de compensación de derivados en euros a nivel mundial se llevan a cabo en Reino Unido, donde diariamente se gestionan transacciones por valor de 927.000 de euros. Esto hace de La City el centro neurálgico de la actividad y de los supervisores británicos sus principales vigilantes.

"Tras la prevista salida del Reino Unido de la UE, un volumen sustancial de transacciones denominadas en euros dejarán de ser compensadas en la UE y no estarían sujetas a EMIR (el reglamento europeo sobre derivados extrabursátiles) y a la supervisión de la UE", señaló la CE en un documento sobre sus planes de futuro.

En este contexto, el Ejecutivo comunitario advirtió de que serán necesarios "acuerdos específicos basados en criterios objetivos" para asegurar que aquellas centrales de contrapartida (CCP, en inglés) que tienen una importancia "sistémica (...) están sujetas a las salvaguardas previstas en el marco legal de la UE".

"Esto incluye, cuando sea necesario, una supervisión reforzada a nivel de la UE y/o requisitos sobre la ubicación", afirma el documento.

Bruselas señala que estas medidas se aplicarían a aquellas CCP cuyo trabajo tenga un efecto sobre los mercados financieros de toda la UE y afecte a las responsabilidades de las autoridades de los Estados miembros que se encargan de la estabilidad financiera y la política monetaria.

Su importancia se ha multiplicado desde que la UE, siguiendo lo acordado en el G20, obligó a que todos los contratos con derivados "Over the counter" (OTC) -los que no se negocian en la bolsa sino entre dos partes privadas- pasasen por estas centrales, de forma que estas gestionan hoy el 62 % de todos los contratos mundiales (337 billones de euros).

La propuesta de la CE, que se concretará en junio, forma parte de la revisión del reglamento relativo a los derivados extrabursátiles, las entidades de contrapartida central y los registros de operaciones (EMIR).

En una primera ola de reformas, el Ejecutivo comunitario presentó hoy propuestas para simplificar los requisitos que deben cumplir las entidades obligadas a pasar por las casas de contrapartida central, especialmente las empresas pequeñas, con las que espera ahorrarles unos 9.500 millones de euros.

Aquellas entidades no financieras sujetas a la obligación deberán hacerlo solo para aquellas clases de derivados en las que superen un cierto umbral, mientras que ahora estaban obligadas a hacerlo con todo tipo de derivados aunque solo superasen los límites en uno.

Además se introduce un nuevo umbral para las pequeñas entidades financieras, de forma que solo estarán obligadas las que lo superen, y no todas como ocurre ahora.

Por último, se da un aplazamiento de tres años para los fondos de pensiones cumplan con este requisito. EFECOM

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