Tal y como prevé el reglamento de la cámara, después de tres empates seguidos en las votaciones, las enmiendas de devolución de los presupuestos fueron rechazadas, al sumar el Partido Popular a sus 137 diputados, los 32 de Ciudadanos, los cinco de Partido Nacionalista Vasco y la representante de Coalición Canaria.
La tramitación de los presupuestos está poniendo a prueba la capacidad del Gobierno para garantizar la estabilidad política del país haciendo concesiones a los nacionalistas, y esta primera votación favorable despeja el fantasma de un inminente adelanto electoral tras un 2016 marcado por la parálisis institucional.
A partir de ahora, las cuentas del Estado pasarán a ser analizadas en la comisión de presupuestos, y no será hasta finales de mayo o principios de junio cuando vuelvan al pleno para que se voten las enmiendas parciales a su articulado.
En esa ocasión, el Gobierno necesitará más votos a favor que en contra, lo que significa sumar un diputado más para alcanzar la mayoría absoluta de 176 representantes o conseguir abstenciones en la oposición.
Para ese segundo momento clave de los presupuestos, todas las miradas apuntarán a Nueva Canarias, cuyo diputado, Pedro Quevedo, ha mostrado su disposición a negociar con el Gobierno. Nueva Canarias se presentó a las elecciones generales en coalición con el PSOE, aunque está integrado en el Grupo Mixto.
Si las cuentas superan también ese trámite, el proyecto presupuestario irá al Senado, donde el Partido Popular tiene mayoría absoluta, para regresar posteriormente de nuevo al Congreso y poder ser aprobado definitivamente a finales de junio.