La atención del mercado en este ecuador de la semana bursátil se dirige hacia Repsol. La petrolera española se ha convertido en la primera de su sector en emitir bonos verdes, una de las más pujantes vías de financiación en el actual contexto de auge de las inversiones socialmente responsables. Los papeles, por 500 millones de euros, se han emitido a cinco años con un precio de 99,568% sobre nominal y un cupón fijo anual del 0,5%. El capital conseguido se destinará a la financiación de proyectos dirigidos a aminorar las emisiones de gases de efecto invernadero de las instalaciones del grupo en España y Portugal, según ha informado la energética.

A los accionistas de IAG les toca digerir el paso por caja de uno de sus compañeros de viaje. La aseguradora Standard Life ha vuelto a deshacer posiciones en el grupo de aerolíneas, en el que ha reducido ya su cartera al 2,99% desde el 3,55% anterior. El porcentaje, además de suponer la pérdida de plaza entre los inversores de relevancia de la matriz de Iberia, supone un decisivo paso atrás con respecto al 6% que la británica llegó a controlar en el año 2014. La venta se ha producido justo cuando la compañía lograba nuevos máximos anuales por encima de los 7,00 euros por acción.

La papelera Miquel y Costas también reclama la atención del mercado al haberse producido un nuevo engrose de autocartera procedente de las ventas en bloque de un inversor cuya identidad sigue sin revelarse. Como en ocasiones anteriores, la cotizada ha defendido la operación por suponer ¿una oportunidad excepcional para la adquisición de una cantidad relevante de acciones¿ a un precio ajustado en 28,12 euros por título. Esta vez, la adquisición ha alcanzado a 25.584 acciones, representativas de un 0,12% de su capital social.

Una firma más del sector se coloca en la picota: Iberpapel. La compañía ha informado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) de que arranca su denominado Proyecto Hernani, para el que tiene comprometida una inversión de 180 millones de euros. Los trabajos, que deberían comenzar tan pronto como se retirase una línea eléctrica de alta tensión que cruza las instalaciones de la compañía en la localidad guipuzcoana -procedimiento que ¿se encuentra en un estado muy avanzado¿-, supondrán la instalación de una nueva máquina para la fabricación de hasta 85.000 toneladas al año de un papel especial de embalaje flexible y la modernización de toda la planta de celulosas.

Por lo que se refiere a la publicación de cuentas, una de las que ha desfilado por la pasarela de exhibición de balances ha sido Saeta Yield. La filial de energías renovables de ACS ha logrado marcar beneficio al cierre del primer trimestre del año frente a las pérdidas acumuladas en igual periodo del ejercicio anterior. La cotizada ha anunciado ganancias por 1,3 millones de euros, lo que dará lugar a un reparto de dividendo un 6,8% más holgado que hace un año: 0,188 euros por acción pagaderos el 31 de mayo.