No actualizar aplicaciones de nuestro dispositivo
Este ¿mal¿ hábito suele ser muy común. Mucha gente piensa que al actualizar la aplicación irá más lento, o que, ¿para qué actualizar si va bien? Cada vez que se actualiza una aplicación trae nuevas funcionalidades, se corrigen fallos o se optimiza para mejorar el rendimiento en nuestros dispositivos.
No hacer copias de seguridad
Seguramente algunos programas te habrán preguntado si deseas hacer copia de seguridad de tu configuración. La mayoría de la gente seguramente le habrá dado a cancelar, pues piensas que el móvil no va a fallar ni lo vas a perder... pero es mejor prevenir siempre. Además, una vez que las actives, suele hacerse de manera automática cada cierto tiempo. Cómodo y seguro.
No usar el bloqueo de pantalla
Suele ser todavía común encontrar a personas que no usan dicho sistema de protección de acceso al dispositivo. Se tarda muy poco en configurar un patrón o un código PIN. Incluso ahora es más fácil con la llegada de la huella dactilar, lo que supone un desbloqueo instantáneo. En caso de que no tengamos el bloqueo de pantalla, en una situación de pérdida o robo pueden acceder a todos nuestros archivos.
Dejar el teléfono cargando todo el rato
Las baterías han evolucionado a lo largo de los años, ya no hay problemas por dejar cargando el móvil durante un período largo de tiempo. El smartphone suele dejar de cargar al llegar al 100%, pero dejar el teléfono conectado al cargador y empezar a usarlo no suele ser buena idea.
El cargador intentará seguir para alcanzar el 100%, el dispositivo aumentará notablemente su temperatura y afectará a la batería a largo plazo, además de al propio cargador al estar conectado siempre a la corriente eléctrica.
No apagarlo nunca
Es muy recomendable apagar el móvil de vez en cuando. Al estar apagado, el móvil apenas consume batería y además cada vez que volvemos a encenderlo borramos de la memoria RAM todas las aplicaciones que se quedan en segundo plano, consumiendo batería y recursos del móvil. También de vez en cuando es bueno dejar que el móvil se gaste totalmente de forma natural, agotando la batería, de modo que tenga que empezar a cargar desde el 0% al 100% para que se calibre la batería.
Tener activado WiFi y Bluetooth todo el tiempo
El Wifi y el Bluetooth consumen gran parte de batería de nuestro dispositivo, lo ideal sería desconectarlos cuando no se usen, por ejemplo, al salir a la calle. Así hacemos que se ahorre bastante batería al evitar que la antena wifi esté buscando continuamente redes wifis para conectarse.
No proteger la pantalla
A pesar de que los móviles son más resistentes, y llevan tecnologías anti roturas de pantalla tipo Gorilla Glass, a veces por una caída fortuita puede ser que acabemos con algo roto. La solución más sencilla y efectiva es poner un protector de vidrio templado. No suelen quitar calidad a la pantalla, y así evitaremos también posibles arañazos. Se puede sustituir fácilmente en caso de deterioro.
No guardar tu IMEI
Es importante guardar el número IMEI del móvil, este número suele estar apuntado en la caja del móvil o marcando el código *#06# ya que, en caso de pérdida o robo, al tener acceso al dicho número la operadora podría bloquear el uso del móvil, para que nadie pueda usarlo.
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