El foco de la apertura de sesión se dirige una vez más hacia Popular. La entidad sufre este lunes el recorte de rating de los analistas de Fitch. La agencia de calificación ha degradado la nota crediticia de la entidad desde `B+¿ hasta `B¿. Además, la perspectiva se sitúa en negativo, con lo que queda abierta la puerta a probablemente cercanos y nuevos rebajas, pese a que se ahora se sitúa en línea con S&P y dos escalones por debajo de lo que marcan los expertos de Moodys.

Todavía en el sector financiero, CaixaBank cotiza el resultado de su programa de bajas voluntarias incentivadas: 610 empleados adheridos. Su salida de la entidad se prevé para finales del segundo trimestre del año, así como para el tercer cuarto del ejercicio. El último día para sumarse al plan fue el pasado 19 de mayo. Esta hoja de ruta tiene una dotación estimada de 304 millones de euros que se esperan registrar en el balance de este segundo trimestre. El objetivo de estos movimientos está en reducir la base de costes, que se imputa en un 65% a gastos de personal, para ganar en eficiencia ante ¿el actual entorno de presión en los ingresos¿.

Este lunes comienzan su andadura en Bolsa un total de 19,1 millones de nuevas acciones de Liberbank, tal y como se anunció ya el pasado viernes con el mercado cerrado a negociación. En el hecho relevante remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) se explicó que estos títulos son fruto de la conversión de obligaciones convertibles solicitada a lo largo de su más reciente periodo de conversión voluntaria.

Los analistas de HSBC han revisado su consejo de inversión sobre Gas Natural y la presidida por Isidro Fainé ha sufrido el recorte desde mantener hasta reducir. No es la única compañía del sector energético bajo la lupa, pues Repsol se sitúa en la picota del parqué madrileño al irse conociendo rumores sobre una posible medida de presión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) para alterar la cotización de la preciada materia prima con el anuncio de un nuevo recorte en producción.

Además, Red Eléctrica se sitúa en el disparadero al conocerse que sus bancos acreedores habrían acordado una revisión de las condiciones de ciertos préstamos a favor de una menor presión financiera para la cotizada. Así lo publica este lunes Expansión, que señala que el pacto liderado por BBVA supondría la refinanciación de su línea sindicada de crédito de 800 millones de euros, en la que habría logrado -sin concretar cifras- rebajar el coste y también alargar plazos de vencimiento.