Durante su intervención ante la Comisión de Presupuestos del Senado con motivo de la tramitación del proyecto presupuestario de 2017, Linde ha explicado que ante los últimos indicadores "no es descartable que el crecimiento estimado para este año sea algo superior al anticipado hace unos meses".
Este crecimiento podría situarse "incluso por encima del 3 %", aunque no ha detallado la cifra que aparecerá en las nuevas proyecciones de la economía española que el Banco de España publicará la próxima semana -actualmente está en el 2,8 %-.
Este crecimiento se basará en el "fuerte ritmo de expansión" de la demanda nacional y la contribución del sector exterior, a su vez influidas por el "dinamismo" del empleo y la facilidad de acceso al crédito.
A pesar de ello, ha puntualizado que a medio plazo las tasas de crecimiento serán "más moderadas", a medida que desaparezcan factores como la caída del precio del petróleo o la moderación de los costes de financiación.
En cuanto a la inflación, Linde espera que se sitúe en una media del 2 % en el año y que baje de esa cifra en 2018 y 2019.
El entorno exterior, ha añadido, se caracterizará por los "cambios políticos" en Reino Unido y Estados Unidos, que por el momento no han tenido impacto en la economía real, así como por la recuperación económica en la zona euro.
En cuanto a los riesgos, ha citado la incertidumbre global "consecuencia de algunas propuestas recientes para restringir los intercambios comerciales, los movimientos migratorios y la coordinación de políticas", los cambios en los tipos de interés tras la subida en los Estados Unidos y el alto endeudamiento en España, que genera dependencia de la financiación exterior.
Con el tiempo la economía española se verá limitada por el elevado componente estructural de la tasa de paro, el envejecimiento de la población y la baja productividad.
Para "expandir" el potencial de crecimiento económico, el Gobernador ha abogado por "avanzar en las distintas reformas", en particular en el ámbito regulatorio -para reducir las dificultades de entrada- y laboral -, reducir la dualidad y mejorar las posibilidades de los parados de larga duración-.
La eventual reversión de las reformas puestas en marcha desde el inicio de la crisis empeoraría, a su juicio, las perspectivas de crecimiento económico "y haría más costosa la consolidación fiscal pendiente".