Es cierto que los volúmenes de negociación ya se habían disparado en sesiones puntuales, como la del 10 de mayo cuando el valor perdió un 9%, y su volumen de negociación diario pasó de 60 millones de títulos a 137 millones ese día.
Pero el movimiento registrado desde el 31 de mayo roza lo imposible. El lunes 29 de mayo y el martes 30 los volúmenes de negociación apenas superaron los 23 y 37 millones de euros respectivamente. Pues bien. Solo un día después la contratación se disparó por encima de los 386 millones de euros. Y las cuatro sesiones posteriores sobrepasaron con creces los 200 millones de euros, justo antes de que la CNMV decidiera suspender la cotización del banco tras su venta a Santander por un euro.
El organismo presidido por Sebastián Albella no ha descartado iniciar ¿actuaciones adicionales en el ejercicio de sus facultades de supervisión de la información financiera y el abuso de mercado¿.
La CNMV defiende que han seguido ¿estrechamente de cerca la evolución de la cotización y la situación informativa existente en cada momento en el mercado aplicando las disposiciones legales correspondientes, en especial las relativas a la posibilidad de suspender la negociación de valores cotizados en mercados regulados¿.
Sin embargo, el valor no fue suspendido pese al desplome de sus títulos en las últimas sesiones, mientras que el propio Sebastián Albella defendía el pasado 1 de junio que había que ¿dejar actuar al mercado¿.
¿En los días previos a la venta se registraron miles de intercambios. Y el valor no cayó más porque también había muchas manos compradoras, tanto de minoristas como de grandes inversores, que no se imaginaban que el final del banco sería la `liquidación¿¿, explica el analista de Capital Bolsa, Juan Carlos Castillo.
En el gráfico, se pueden comprobar los brokers que movieron más títulos del Popular. Pero detrás de ellos, hay nombres y apellidos de vendedores y compradores. Entre estos últimos, las fuentes consultadas apuntan al empresario Felix Revuelta, que demandará a la entidad y los reguladores tras perder toda su inversión en el banco.