Los libros electrónicos están actualmente gravados a un tipo mínimo estándar del 15%, aunque los Estados miembros pueden aplicar tipos reducidos de al menos el 5% - en algunos casos incluso el tipo cero - a las publicaciones en papel.
En el caso de España, las publicaciones electrónicas están sometidas a un tipo general del 21%, frente al tipo reducido del 4% que se aplica al formato físico, pero ministro de Economía, Industria y Competitividad, Luis de Guindos, ya avanzó que España equiparará ambos tipos si finalmente se aprueba la medida.
En la actualidad no es posible alinear ambos gravámenes porque lo impide la normativa vigente. De hecho, una sentencia del Tribunal de Justicia de la UE (TUE) impidió a varios países, entre ellos Francia y Luxemburgo, aplicar un IVA reducido a los libros electrónicos y a las publicaciones digitales.
Por ello, la Comisión Europea presentó el año pasado cambios legislativos para permitir esta posibilidad. Estas nuevas reglas ya han recibido el visto bueno del Parlamento Europeo pero necesitan también ser aprobadas por las capitales de la UE por unanimidad. Según han explicado fuentes comunitarias, el texto que debatirán mañana los ministros cuenta con un "amplio apoyo", pero algunos Estados miembros mantienen aún algunas reservas.
Por otro lado, los ministros de Economía de la UE intentarán cerrar un acuerdo para permitir la inversión del sujeto pasivo del IVA a las transacciones entre empleas con una facturación de más de 10.000 euros y para incluir la categoría de "deuda senior no garantizada" en la jerarquía de instrumentos que asumen pérdidas en casos de rescate.
Además, los Veintiocho serán informados sobre los trabajos a nivel técnico que se están realizando para reducir el nivel de créditos dudosos del sistema bancario europeo, que asciende a 1 billón de euros y equivale a un 6,7% del PIB del bloque comunitario. El objetivo de los ministros es adoptar un plan de acción al respecto en su reunión de julio.