Por Neil Unmack
El pacto al que Macron se opone fue acordado semanas antes de su elección, y contempla que Fincantieri compra una participación del 67 por ciento en la firma francesa STX. El vendedor es un conglomerado coreano quebrado. El estado francés, que posee el 33 por ciento restante, tiene el derecho de tanteo cuando las acciones cambian de manos. Así, para esquivar este derecho, Fincantieri aceptó no superar el 50 por ciento, revendiendo una participación de un 7 por ciento en STX a un inversor privado italiano y el resto al grupo militar francés DCNS.
Macron quiere que ese acuerdo vuelva a ser revisado. Fincantieri es propiedad mayoritaria del banco estatal italiano, Cassa Depositi e Prestiti, lo que alienta las preocupaciones en Francia de que en tiempos de crisis en el sector naval los puestos de trabajo en Francia sean los primeros en ser sacrificados.
En la práctica, sin embargo, no hay indicios de que los puestos de trabajo corran riesgo en ninguna de las dos empresas. Tanto los libros de pedidos de Fincantieri como los de STX acumulan una carga de trabajo para una década. Además, los dos astilleros están especializados en distintos tipos de buques y el acuerdo fraguado en abril dejó a Francia un derecho de veto en las transferencias de tecnología y en los recortes de empleo.
Macron no ganaría mucho al bloquear el acuerdo, más allá de algunos puntos políticos. STX es pequeño y apenas rentable. Y elaborar un plan distinto, favorable a los intereses franceses, podría provocar otros problemas. Una opción, según informó Le Monde, de abrir el capital de STX a dos de sus clientes podría crear otros conflictos de interés.
La solución más fácil sería encontrar un inversor no vinculado con el estado italiano o con Fincantieri. Macron podría suavizar su rechazo después de las elecciones parlamentarias francesas del domingo, siempre que logre consolidar su control sobre el país. Pero lo que parece ser más relevante, es que los principios del mercado único europeo no siempre sigan en vigor en la práctica. Si el bloque quiere beneficiarse de empresas más fuertes y paneuropeas, los gobiernos tendrán que renunciar al control, pero parece que hay poca voluntad por hacer eso.
NOTICIAS DE CONTEXTO
- Fincantieri sugirió que consideraría cambios en la adquisición de una participación en el astillero rival STX France "si existe la sensación de que agregaría valor", dijo el presidente ejecutivo, Giuseppe Bono, este jueves.
- El grupo italiano acordó en abril comprar una participación de 67 por ciento en su compañero francés del constructor surcoreano STX. Fincantieri mantendría una participación inferior al 50 por ciento, mientras que vendería el resto a un inversor privado italiano y al grupo naval francés DCNS.
- El Estado francés mantendría su 33 por ciento de STX France. También tiene un derecho de tanteo sobre el 67 por ciento remanente. Macron dijo el 31 de mayo que quería revisar los términos del acuerdo de Fincantieri.