El objetivo de Bruselas es contribuir a solventar el agujero en las pensiones que se creará en Europa por el descenso de la población activa y el aumento del número de jubilados debido al envejecimiento, así como impulsar el mercado europeo para estos productos financieros, que están muy desarrollados en algunos países pero apenas existen en otros.
Los proveedores del futuro plan de pensiones paneuropeo (PEPP, en inglés), cuya creación será voluntaria, tendrán que cumplir unos requisitos de transparencia, de modo que estarán obligados a dar al suscriptor antes de la contratación documentos con información sobre tarifas y costes, y sobre los beneficios del plan.
Las características "principales" del producto se estandarizarán en toda la Unión, pero se dejará también un margen de "flexibilidad" para adaptarlo a los mercados nacionales, ya que la propuesta no sustituye ni armoniza los regímenes de pensiones de todos los estados.
Uno de los principales beneficios, dice la Comisión, es que los suscriptores podrán seguir contribuyendo a su plan de pensiones y transferir los beneficios acumulados cuando se trasladen a otro país de la Unión manteniendo su contrato, al tiempo que podrán cambiar de proveedor de plan de pensiones cada cinco años a un coste limitado.
Cuando venza el plan, podrán además optar por varias formas de pago.
Sin embargo, el tratamiento fiscal que se dé a estos productos quedará en manos de los países, por lo que Bruselas anima a las capitales a darles un trato ventajoso, ya que de ello dependerán, entre otras cosas, los costes que pueda afrontar el usuario a la hora de recuperar los beneficios acumulados en varios países.
Bruselas cree que estos planes serán especialmente interesantes para trabajadores que se desplacen a menudo y autónomos que no estén cubiertos por el Estado, mientras que del lado de los proveedores, podrán ser distribuidos por aseguradoras, bancos, fondos de pensiones, compañías de inversión o gestoras de activos.
Los proveedores tendrán que contar con una autorización de la Autoridad Europea de Supervisión de Seguros y Pensiones (EIOPA), que se encargará de vigilarles, y recibirán además un "pasaporte" que les permitirá comercializar este producto en toda la UE, también a través de internet.
La Comisión subraya que esto les permitirá competir y combinar activos en toda la Unión, lo que a su vez contribuirá a movilizar una mayor inversión.
La propuesta debe ahora se debatida por el Consejo (los países) y el Parlamento Europeo y la CE espera que entre en vigor en 2019 y los planes lleguen al mercado en 2021.