En su informe de perspectivas para el tercer trimestre del año, Fidelity recuerda que "los mercados alcistas nacen con el pesimismo y mueren con la euforia", pero ahora "no se ve ninguna euforia", tal y como explica el director general de la gestora para España y Portugal, Sebastián Velasco
De hecho, explica, hay todavía mucha liquidez fuera del mercado, y los inversores han cambiado su modo de enfrentarse a los activos de riesgo, en busca de mayores rentabilidades.
Parte de este nuevo culto al riesgo procede del entorno de tipos de interés cero o negativos, que se prolonga desde 2008 y que no acabará hasta que los bancos centrales entiendan que tienen un recorrido limitado, señala.
El informe de Fidelity incluye una reflexión de David Buckle, responsable del área de Soluciones de Inversión de Fidelity International, que se muestra muy crítico con el entorno de tipos bajos; en su opinión, tras casi una década "cabe preguntarse si los tipos de interés deben seguir en niveles de emergencia".
La idea que llevó a los bancos a adoptar las medidas de emergencia en 2008 fue conseguir que el dinero depositado en el banco no creciera al mismo ritmo que la inflación, "para así animarnos a gastar ya", explica Buckle.
El tipo de interés real -el tipo de interés menos la tasa de inflación- debe ser positivo para preservar el poder adquisitivo futuro, y "cada día que pasa en territorio negativo, se reduce la cantidad de bienes que nuestro dinero puede comprar", algo que no conviene prolongar en el tiempo.
De ahí que esta década de tipos de interés reales negativos haya supuesto "un perjuicio real" para el poder adquisitivo.
En cuanto a la renta variable, Fidelity mantiene que son los beneficios crecientes los que sostienen las bolsas, y Europa, ahora que ha remitido la incertidumbre política, se ha convertido en el mercado más atractivo en términos de expectativas de beneficios y recorrido alcista, con posibilidades de recuperar terreno frente a Estados Unidos.
La victoria de Macron en Francia ha llevado a los inversores a volver al mercado, una vez descartada una ruptura de la zona euro, y a un giro hacia el populismo en Europa.
Dada la magnitud del rechazo al riesgo de Europa entre los inversores, sigue habiendo un amplio margen para que las exposiciones aumenten ahora que el riesgo político ha desaparecido.
Además, prosigue el informe, el paro sigue a la baja, y el crecimiento, el crédito y la inflación están subiendo, todo lo cual permitirá que se corrija el descuento de valoración que ha experimentado la renta variable europea respecto de la de Estados Unidos.
Y es que aunque los indicadores de valoración, como la ratio precio-valor en libros siguen estando cerca de sus mínimos a largo plazo en Europa, las rentabilidades sobre los fondos propios están aumentando y reduciendo la brecha con Estados Unidos.
No obstante, Fidelity advierte del riesgo latente procedente del Reino Unido, tras las elecciones generales anticipadas que han desembocado en un gobierno en minoría del partido conservador y han provocado un repunte de la incertidumbre entre las empresas y los consumidores británicos.
La posición negociadora del Reino Unido de cara al "brexit" se ha debilitado, y con ella el riesgo de una salida traumática de la Unión Europea.
Esto ya puede comprobarse, añade el informe, en el buen tono de la libra esterlina en las semanas transcurridas desde las elecciones; los valores centrados en la economía interna cotizan con descuentos enormes para los inversores más optimistas que quieran aprovecharlos.
Al otro lado del Atlántico, el mercado progresa más lentamente, y debería seguir haciéndolo sostenido por el crecimiento de los ingresos; si además las principales empresas tecnológicas siguen batiendo sus expectativas de beneficios, seguirá subiendo.